La historia de los fondos dotacionales se remonta al siglo xvi, cuando tanto nobles como familias ricas establecieron fideicomisos para garantizar que su riqueza se transmitiera de generación en generación. Luego, en el siglo xviii, las universidades comenzaron a crearlos para apoyar sus programas académicos y de infraestructuras. Desde entonces han sido creados por organizaciones sin ánimo de lucro y financiados a través de donaciones, de manera que actualmente incluyen muchas universidades, museos y hospitales, sobre todo en EE.UU. Los mayores están en manos de universidades estadounidenses, lideradas por la Universidad de Harvard (49.400 millones bajo gestión en junio de 2022), Universidad de Texas (42.700 millones) y Universidad de Yale (41.400 millones). El fondo de Yale es de los más antiguos y de mayor éxito.
El principal objetivo de inversión de los fondos dotaciones es generar una rentabilidad suficiente para mantener el poder adquisitivo de los activos a perpetuidad para las generaciones futuras y, al mismo tiempo, acometer el nivel de gasto necesario del presupuesto anual. Implica bajas necesidades de liquidez, lo que permite tolerar una volatilidad relativamente alta a corto plazo y centrarse en la búsqueda de rentabilidad superior a largo plazo. Así que, en relación con las carteras de inversión convencionales, muchos fondos de dotación universitarios, especialmente los mayores de más de 1.000 millones bajo gestión, tienen asignaciones relativamente altas a acciones y activos privados y menores a renta fija.
El caso es que el año fiscal 2022, que finalizó el 30 de junio, fue extremadamente desafiante para los fondos dotacionales. Con el aumento de la inflación y de los tipos de interés, así como las tensiones geopolíticas, su rentabilidad promedio fue del 8 % negativa en dólares. Ello, tras una rentabilidad promedio del 30,6 % en el año fiscal 2021. Los mayores fondos de dotaciones se comportaron comparativamente mejor, perdiendo solo 4,5 %. En cualquier caso, el resultado de 2022 no es tan malo, teniendo en cuenta la dramática caída de los mercados de renta variable y de renta fija. El índice de acciones S&P 500 y los bonos del Tesoro de EE.UU. a diez años cayeron más de 10 % en doce meses hasta junio de 2022 y un 24 % y 17 %, respectivamente en todo 2022. Incluso la cartera 60 % S&P 500 y 40 % bonos del Tesoro de EE. UU. a diez años perdió un 10,5 % y la global 60 % índice de acciones MSC I AC World y 40 % Bloomberg Global Treasury un 15,7 %.
Fuerte asignación de fondos
De hecho, la fuerte asignación de los fondos de dotaciones a activos alternativos, incluyendo capital privado, activos reales y hedge fundsy, así como su continua reducción de la exposición a bonos, dieron sus frutos. De 678 fondos de dotaciones estadounidenses, según, NACUB O-TIAA, 13 lograron una rentabilidad de al menos 1,3 % en 2022, excelente teniendo en cuenta la volatilidad de los mercados financieros el año pasado. Los mayores tenían asignado un 25 % de sus activos a acciones estadounidenses y no estadounidenses, un 8,5 % a renta fija y liquidez y un 64 % a inversiones alternativas. Sus asignaciones a capital privado (buyout y de capital de riesgo) aumentó del 30 % al 33 % en el año fiscal 2022 y los activos reales del 10,5 % al 12,2 %. El aumento en activos privados probablemente se vio impulsado por su relativa resistencia frente a los mercados públicos. Por su parte, los fondos dotacionales menores, de 25 millones bajo gestión, tenían alrededor del 60 % de la cartera en acciones estadounidenses y no estadounidenses, 33 % en renta fija y el resto en activos reales y hedge funds. Perdieron 11,5 % en 2022, aunque igualmente superando a las carteras globales 60/40.
Baja exposición a renta fija
Sea lo que sea, los grandes fondos dotacionales deben su superior rentabilidad a una elevada asignación a activos alternativos y una baja exposición a renta fija. De hecho, han ido reducido su exposición a renta fija a lo largo del tiempo y aumentado a activos alternativos, teniendo en cuenta que activos reales –recursos naturales, bienes inmobiliarios privados e infraestructuras– y capital privado se mostraron resistentes en el año fiscal 2022 en relación a los bonos. Aunque los hedge funds tuvieron rentabilidades negativas, estas fueron mucho menores que las de la renta variable y la renta fija. Incluso algunos fondos dotacionales informaron buenos comportamientos en inversiones en hedge funds en 2022 por determinadas estrategias individuales y de orientación macroeconómica.
El caso es que los mercados de renta variable han mejorado desde entonces. Hasta finales de febrero el índice S&P 500 ha subido 6 % y el MSC I AC World 7 % en dólares, mientras que el índice de bonos Bloomberg Global Aggregate caído 3 % y la deuda del Tesoro de EEUU a diez años perdido 6 %. Pero estimamos que en este periodo los fondos de dotaciones estadounidenses han ganado en promedio alrededor del 4 %.
Rentabilidad a largo plazo
Además, a pesar de la decepción de 2022, las rentabilidades a largo plazo se han mantenido cerca del objetivo de estas instituciones, en un anualizado promedio en diez años del 7,8 % hasta junio de 2022, frente a 8,5 % el año anterior. En el caso de los mayores fondos dotacionales, 9,4 % 2021 y 8,9 % en 2022. Por comparación, la cartera estándar 60/40 de EEUU produjo 8,3 % de rentabilidad anualizada y la 60/40 global un 5,8 % en ese mismo período de diez años. Más aún, los grandes fondos dotacionales estadounidenses generaron una rentabilidad anualizada del 9,8 % los últimos 30 años, similar a la del índice S&P 500, pero con una volatilidad mucho menor y, en cualquier caso, 1,6% mayor anualmente que la cartera 60/40 de EE.UU.
En general, el objetivo de rentabilidad neta promedio a largo plazo de los fondos dotacionales, neto de comisiones, es inflación más 5 %. Las universidades en EE.UU, emplean el Índice de Precios de la Educación Superior, que es generalmente mayor que IPC de precios al consumo. Al respecto, solo los fondos dotacionales de más de 500 millones bajo gestión han cumplido o superado consistentemente el objetivo los últimos 30 años. Ello puede explicarse por su mayor exposición a activos alternativos y un acceso privilegiado a gestores capaces de generar exceso de rentabilidad respecto a riesgo asumido.
Fondos dotacionales
Ahora, según NACUB O-TIAA, los fondos dotacionales se proponen obtener unas rentabilidades anuales promedio del 8,2 % los próximos diez años, en comparación con 7,9 % del objetivo anterior. Este incremento se debe a unas mayores expectativas de inflación, que ha pasado de 2,3 % a 2,45 % y de las comisiones y gastos anuales, hasta el 1,16 %. Pero será un verdadero desafío para los gestores. Nuestras expectativas de rentabilidad anual promedio mediante el estilo de inversión de los fondos dotaciones es del 5,6 %, y en el caso de los mayores del 6,4 % los próximos diez años. Sin embargo, siguen siendo atractivo en comparación con la cartera 60 % acciones/ 40 % bonos de EE.UU., que puede proporcionar 4,3 % anualizado en ese período.
En todo caso, la cartera 60 % acciones/40 % fondos necesita de alternativas. Una es precisamente la inversión al estilo “fondos dotacionales”, que, para incrementar rentabilidad a largo plazo, incorpora exposición sustancial a activos alternativos, donde hay oportunidades, aunque requiere conocimientos y no goza de la liquidez de los mercados cotizados, incluyendo capital privado , que puede ser buen sustituto de la renta variable y activos reales, que pueden proporcionar cobertura frente a la inflación.