Miguel Ángel García-Ramos

Profesor de EAE Business School

Los diferentes índices generales de renta variable dibujan un ejercicio 2023 muy positivo para las bolsas a ambos lados del Atlántico. El S&P500 (principal índice de Estados Unidos) termina el año con una revalorización del 23,8%. En cuanto a nuestro mercado, el IBEX35 finaliza con un 22,8% a cierre del viernes 22 de diciembre.

¿Continuará esta tendencia el próximo ejercicio?

Siempre es complicado hacer previsiones por la diversidad de factores que influyen, sobre todo en la coyuntura actual geopolítica en Ucrania y Palestina. Los mercados de capitales están dirimiéndose entre factores macro y microeconómicos, los inversores vigilan los factores del aterrizaje económico, decisiones de política monetaria y fiscal y el escenario general económico. No obstante, confiamos en la resistencia de los balances corporativos y por fundamentales y valoración, creemos que sí. El próximo ejercicio deberíamos ver rentabilidades de doble dígito y en nuestro modelo interno de valoración tenemos un precio objetivo de 11.400 (potencial del 12,7% desde los niveles actuales, y un 8% para 2025) para el índice español para un PIB español que creemos crecerá un 1,5% y la inflación un 3,7%.

Las razones son diversas. En primer lugar, no creemos que el BCE mantenga los tipos de interés en el nivel actual de 4,5% y llevará a cabo una política monetaria “dovish” (estimamos una rebaja de 50 pb en 2024) para evitar un “hard landing” máxime en un escenario restrictivo de las políticas fiscales. Por asset classes, creemos 2024 será el año de la deuda. El IPC armonizado a nivel interanual ha tocado en noviembre el 2,4%, aproximándose al nivel objetivo del 2% y la economía europea finaliza 2023 marcada por la debilidad (contracción de la eurozona en el 3T un 0,1%). Por tanto, las bolsas europeas se verán beneficiadas a nivel de valoración por menores TIRes de los bonos en sus tasas de descuento.

A nivel micro, no creemos las previsiones de consensus de crecimiento negativo de los BPAs (beneficios empresariales) y tenemos un escenario central de crecimiento de un 3% de los mismos producto de una ligera expansión de márgenes en el escenario actual de desinflación, menores costes financieros y desaceleración salarial, a pesar de la reducción del poder de fijación de precios por la debilidad de la demanda y numerosas amortizaciones de deuda en 2024 y 2025. Respecto a estas estimaciones, el índice cotiza a 10,5x PER y 1,2x valor en libros lo que significa un descuento del 40% respecto a la media histórica. Por tanto, la valoración es atractiva.

Sobre las carteras, creemos fundamental el stock picking y nos centramos en balances sólidos, dividendos elevados y sostenibles y equity stories de fuerte growth. Por ejemplo, estamos positivos en Repsol o Iberdrola, con elevados dividend yields, diversificadas internacionalmente y con estrategias en renovables. En un terreno más defensivo, encontramos opciones interesantes por valoración como Viscofán o Merlin Properties. Por otro lado, centrándonos en las small caps, existen opciones con fuerte potencial. Una posibilidad es en BME Growth, donde CLERHP Estructuras, valor que acumula un 80% en el año en curso y, tras su business plan, creemos le queda mucho recorrido.