En España somos más optimistas que nuestros vecinos europeos en ámbitos como la ciencia o la tecnología. No lo digo yo que, por naturaleza, intento echarle ganas, sino un estudio paneuropeo que destaca que el 64 % de los españoles cree que la IA puede simplificar su vida, 11 puntos por encima de la media europea. Entre los 11.000 encuestados sobre su percepción alrededor de la inteligencia artificial, los españoles han sacado a relucir el entusiasmo que nos caracteriza y también han afirmado que quieren más consejos y sugerencias sobre cómo la IA puede mejorar el futuro (67 %).
Recordemos que la IA es ahora sin duda una tendencia, pero lleva ya mucho tiempo entre nosotros: los padrinos de la IA, Geoffrey Hinton, y John Hopfield -recién galardonados con el Premio Nobel de Físicaempezaron a trabajar allá por los años 80 en proyectos basados en redes neuronales artificiales que desencadenaron e influyeron en el desarrollo de la IA. Por nuestra parte, en Samsung llevamos más de 10 años trabajando con la IA; integrándola en nuestros productos para que sean más inteligentes, para que colaboren y dialoguen entre sí, dentro de un ecosistema conectado que funciona de forma fluida para hacer nuestra vida más sencilla.
Este año hemos asistido a un hito que marcará la transformación de la industria tecnológica. 2024 ha sido el año donde hemos inaugurado una nueva era con la IA integrada desde fábrica en nuestros dispositivos móviles, en conexión con otros menos evidentes como televisores, electrodomésticos o sistemas de climatización. Y es el año en el que queremos que Samsung se convierta definitivamente en un referente de cómo la IA se incorpora a nuestras vidas, de una forma abierta, sostenible, inclusiva y, sobre todo, segura.
Somos una de las pocas empresas que puede integrar la IA desde el chip hasta las aplicaciones en nuestros dispositivos. La diversidad de nuestro negocio nos permite ser capaces de dar grandes pasos en la adopción de esta tecnología e impulsar su revolución. Tras una década de inversión y desarrollo de IA, nos encontramos en una posición única para avanzar en aspectos como sostenibilidad y la accesibilidad a esta tecnología, pero siempre protegiendo la seguridad y la privacidad de nuestros usuarios.
Es más, los fabricantes estamos posicionados para comprender las necesidades y prioridades de las personas; y, de esta forma, mejorar nuestras innovaciones. Esto implica una gran responsabilidad, ya que conectamos a innumerables personas en nuestro ecosistema de productos y servicios. Y, por lo tanto, es vital que las personas se sientan seguras mientras exploran las posibilidades que ofrece la IA.
La Inteligencia Artificial ofrece una gran oportunidad para transformar nuestro entorno y generar soluciones de alto impacto para la sociedad. Un ejemplo de ello, que trasciende mi ámbito profesional, pero que me parece tremendamente poderoso es el desarrollo de una IA especializada en detectar lesiones cerebrales invisibles en pacientes con esclerosis múltiple, una herramienta que se ha afinado tras 10 años de entrenamiento con más de 100.000 conjuntos de datos. Utilizada en hospitales de Europa y EE.UU esta herramienta ya está mejorando el diagnóstico y el tratamiento temprano. Es un claro ejemplo de cómo aprovechar la IA en pos de la colectividad, lo que refuerza sin duda mi optimismo y el entusiasmo sobre su poder transformado en todos los ámbitos.