Incluso antes de la escalada del conflicto de Ucrania, la inflación general de la zona del euro ya había aumentado un 5,8 % en febrero de 2022, otra vez, significativamente más de lo esperado. El principal impulsor fueron, una vez más, los precios de la energía, que aumentaron un 31,7% en febrero, lo que representó alrededor del 60% del aumento de la tasa de inflación. Además, los precios de los alimentos también continuaron aumentando (+4%). Ambos factores combinados dan a los consumidores una sensación de alta inflación percibida. Sin embargo, los precios también aumentaron en todos los ámbitos, con la inflación subyacente llegando al 2,7%.
Es probable que el repunte de la inflación continúe también en marzo, porque los precios del petróleo y el gas siguen subiendo. En este contexto, el BCE se encuentra en un dilema. Por un lado, los actuales niveles de inflación exigen una salida más rápida del programa de compra de bonos, pero por otro lado, los riesgos económicos derivados de la guerra en Ucrania aún no pueden evaluarse por completo. Esto significa que en la reunión del BCE de la próxima semana, el banco central señalará el alto grado de dependencia de los datos, sin comprometerse con demasiada antelación.