Es evidente que estamos ante un contexto social y económico de lo más desconcertante, una situación de alarma provocada por la crisis sanitaria que ha dejado a su paso la propagación del Covid -19. Como consecuencia de esta pandemia mundial, la economía de todo el mundo se ha paralizado durante meses, siendo muchos los sectores a los que les ha tocado vivir muy de cerca las consecuencias de la crisis sanitaria arrastrando con ellos miles de puestos de trabajo: la hostelería, el transporte, el turismo, el arte, etc.
Sin embargo, hasta de las situaciones más complejas pueden y deben surgir grandes oportunidades y son precisamente este tipo de circunstancias las que activan el ingenio de buena parte de nuestra sociedad. El autoempleo y el emprendimiento han sido siempre y especialmente en momentos difíciles, una de las claves del desarrollo y el progreso. Ahora, nos encontramos en uno de estos momentos. La preocupación de la sociedad actual reside, principalmente, en su retorno al mercado laboral y el autoempleo está convirtiéndose, una vez más, en una opción viable y recurrente.
A diferencia de otros modelos de negocio, la franquicia de autoempleo ha experimentado un incremento en los últimos años. Sin ir más lejos, según el último Infome de Franquicias 2020, presentado por la AEF (Asociación Española de Franquicias) este sistema continúa su ascenso en lo que en el número de redes que operan en el mercado, de establecimientos y de puestos de trabajo generados. En los últimos casi 20 años, podemos decir que en el sistema de franquicias español operan 735 nuevas redes y desde que comenzara la crisis del 2008, los puestos de trabajo que se han generado, en este tiempo, casi alcanzan los 60.000. Este último dato revela el éxito de las franquicias como fórmulas generadoras de empleo en nuestro país y a pesar de que también el sector presenta incógnitas, es una de las fórmulas de emprendimiento más comunes.
Esta tendencia, además, se ha visto reflejada en algunos sectores con especial incidencia. Este ha sido el caso de las lavanderías artesanales. En Telelavo, por ejemplo, hemos visto aumentar las peticiones de aperturas de franquicia un 75 % en los últimos dos meses. Independientemente de las buenas condiciones que se ofrecen desde la central, ser consideradas un servicio de primera necesidad ha sido determinante en este sentido. Si bien la higiene siempre ha estado presente en nuestra vida cotidiana, actualmente es vital garantizarla mediante protocolos claros, medibles y con trazabilidad. Desde los particulares hasta cualquier empresa que emplee textil, ya sea en uniformes o material, debe garantizar la seguridad de sus empleados y clientes, y Telelavo puede prestar ese servicio tanto de calidad como de volumen con garantías absolutas para el usuario.
Gracias a esta amplitud de mercado y el valor añadido que ofrece, esta marca se presenta como la respuesta a una necesidad global. La higiene y la desinfección textil se han convertido más que nunca en cruciales, y este hecho ha repercutido positivamente en la estabilidad del sector y en el futuro del negocio.
La solidez que están adquiriendo el sector de las lavanderías y Telelavo, siendo el único operador que combina técnica y artesanía, es el reflejo de una sociedad que está modificando sus hábitos de consumo. En la mayoría de hogares, la predisposición de las familias señala hacia una necesidad en busca de comodidad y ahorro en el ejercicio de las tareas domésticas. Actualmente, esta predisposición se ha visto impulsada, además, por la falta de tiempo y el teletrabajo que hay que compaginar con las lecciones que reciben, ahora de manera online, nuestros hijos. Comodidad, ahorro y tiempo son las premisas que llevan, principalmente, a las familias a externalizar las tareas domésticas, como hacer la colada, lo que supone, como consecuencia, el auge de los teleservicios. En este sentido, Telelavo cuenta con una Tarifa Plana desde sólo 59€ al mes, todo incluido, suponiendo el fin de la lavadora doméstica.