Los datos sobre la inflación y la política monetaria de los bancos centrales pasaron a un segundo plano la semana pasada ante las noticias procedentes de California de que la rápida subida de los tipos de interés en Estados Unidos se había cobrado su primera víctima importante: el Silicon Valley Bank, un banco de tamaño medio que había gestionado muy mal sus tipos de interés.
Las acciones cayeron al cierre del viernes y tanto el franco suizo como el yen japonés (los tradicionales activos refugio en los mercados de divisas) encabezaron la clasificación de divisas; por otra parte, el euro se mantuvo sin cambios y la libra logró incluso una pequeña subida (lo que indica que los mercados ven los problemas limitados a EE.UU.). La quiebra del SVB junto a los resultados mixtos del informe de nóminas no agrícolas de EE.UU. del viernes también ha provocado una violenta revalorización a la baja de las expectativas de los tipos estadounidenses en los últimos días, lo que ha lastrado aún más al dólar.
Una subida de 50 puntos básicos por parte de la Fed en marzo, que parecía haber sido anticipada por el presidente del FOMC, Jerome Powell, el martes pasado, parece ahora claramente descartada.
Desde el cierre del viernes las autoridades bancarias estadounidenses han intervenido enérgicamente para frenar cualquier posible retirada masiva de depósitos, mientras que HSBC ha intervenido para comprar la rama británica de Silicon Valley Bank. Creemos que la intervención será suficiente para devolver la calma a los depositantes de los bancos regionales estadounidenses y los mercados de divisas volverán a centrarse en los datos de inflación y en la política monetaria de los bancos centrales. Esta semana es crucial en este sentido, ya que el martes se publica el informe sobre la inflación del IPC de EE.UU. correspondiente a febrero. El jueves se celebrará la reunión de marzo del BCE, en la que se espera una subida de 50 puntos básicos y es poco probable que los problemas de los bancos estadounidenses desbaraten el plan.
EUR
La economía y las presiones inflacionistas europeas siguen superando las expectativas, lo que significa que una subida de 50 puntos básicos en la reunión del BCE de esta semana está garantizada. Esperamos una fuerte revisión al alza en las previsiones de la inflación subyacente para 2023, una rueda de prensa con tintes muy ‘hawkish’ y una indicación clara de que en la próxima reunión se producirá otra gran subida de los tipos de interés.
En línea con la reducción de las expectativas de tipos de interés en Estados Unidos, hemos asistido a un retroceso similar, aunque más moderado, del tipo de interés terminal esperado del BCE. Como ya se ha mencionado, pensamos que el impacto del colapso del SVB se contendrá en EE.UU., y esto hace que sigamos pensando que las expectativas para el tipo de interés terminal de la eurozona son demasiado bajas, por lo que esperamos que a medida que se corrijan el euro reanude su tendencia alcista.
USD
Aunque el informe de nóminas de EE.UU. correspondiente a febrero se vio eclipsado por las noticias del Silicon Valley Bank, dejó algunas señales tímidas pero significativas de relajación del mercado laboral (noticias que la Reserva Federal debería acoger con satisfacción). Las medidas decisivas adoptadas el fin de semana, incluida la garantía total de los depósitos, deberían calmar los temores de la banca, pero, al margen, es probable que la Fed se muestre algo más reacia a subir los tipos, lo que debería ser un viento en contra para el dólar.
El informe de inflación estadounidense que se publica mañana sigue siendo importante para la política monetaria de la Reserva Federal. Esperamos ver nuevos indicios de que la tasa de inflación subyacente se está estabilizando en torno a una inaceptable tasa anualizada del 5%, lo que significa que la mencionada reticencia a subir los tipos podría no ser duradera. Dicho esto, se necesitará una considerable sorpresa al alza para que los inversores vuelvan a considerar la posibilidad de una subida de 50 puntos básicos por parte de la Fed a finales de este mes.
GBP
Las noticias procedentes del Reino Unido siguen confirmando la resistencia de la economía, y cada vez es más improbable que se produzca una recesión. Esto, combinado con una inflación rígida, nos lleva a creer que el Banco de Inglaterra se verá obligado a dar otra vuelta de tuerca y alejarse de su reciente actitud moderada, en línea con la creciente preocupación que estamos viendo en el BCE.
Es probable que el informe laboral de esta semana sea también fuerte, tanto en términos de creación de empleo como de aumento salarial. Seguimos siendo optimistas con respecto a la libra a medio plazo, y creemos que las dos subidas de tipos previstas por los mercados son insuficientes.