Daniel Taboada

CEO de ARBENTIA

Vivimos en una era donde la tecnología avanza a una velocidad desenfrenada. Cada mes, cada semana e incluso a veces cada día, vemos como nuevos avances tecnológicos -o nuevas formas de aplicar los ya existentes- irrumpen en nuestras rutinas y modifican nuestros hábitos. ¿Quién nos iba a decir hace no tantos años que nuestro dinero se gestionaría en la nube o que las citas médicas se materializarían en códigos QR? Que la transformación tecnológica está redefiniendo nuestra forma de vida y de trabajo es un hecho constatado en mayor o menor medida por todos. Sin embargo, lo que muchas veces pasa desapercibido es que, en su estela, la brecha de talento digital no cesa de crecer. Y ya no solo hablamos de brecha digital como el gap entre quien ha tenido la oportunidad de formarse en TI y quien no, ahora estamos viendo como dentro del propio sector empresarial, la necesidad constante de actualización está formando una nueva versión de este fenómeno, lo que podríamos denominar la brecha digital 2.0.

En el avance acelerado de la tecnología, las habilidades y los conocimientos quedan obsoletos con la misma rapidez, y los profesionales deben adaptarse y actualizarse al ritmo constante del progreso. La visión tradicional que teníamos de las carreras profesionales como una especialización estanca ya no es acertada. El paradigma ha cambiado, la educación ya no es el punto de llegada, sino la acompañante que tendremos en todo nuestro viaje hasta la jubilación. Sin importar la carrera que elijamos, la capacidad de aprendizaje continuo se ha vuelto fundamental para mantenerse relevante en el mercado laboral, pero no solo es una problemática individual, a nivel empresarial se deben adoptar estrategias que fomenten la actualización de los empleados, impulsen su crecimiento y retengan el talento. En este sentido, la reeducación se erige como una de las estrategias más efectivas.

Profesionales actualizados: Una ventaja competitiva en un mercado voraz

Conforme la tecnología avanza y se introducen nuevas disciplinas laborales, la demanda de profesionales con habilidades específicas cada vez supera más la oferta. En el sector de las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), donde los perfiles profesionales a menudo tienen una mejor inserción laboral y donde se observa una fuerte carencia con respecto a las matriculaciones académicas, buscar nuevas estrategias para suplir la necesidad humana es prioritario. La reeducación es una manera efectiva no solo de incorporar talento de otras ramas que adaptan y actualizan sus conocimientos previos para adentrarse en nuevas áreas, sino que es una herramienta muy efectiva para conseguir mantenerlo e impulsarlo dentro de las propias empresas.

Además, contar con profesionales que posean habilidades especializadas y difíciles de adquirir en el mercado laboral es una ventaja competitiva significativa; pero si a su vez es la propia organización la que consigue desarrollar estas capacidades desde dentro, la ventaja también será percibida por los empleados. Ofrecer este tipo de programas formativos puede hacer que el trabajo en una determinada organización tenga un valor diferencial sobre las demás, generando el mensaje de que somos un agente de cambio y fomentando un mayor compromiso y lealtad por parte del empleado.

Cultura de formación continua y compromiso empresarial

En este sentido, la reeducación no debe considerarse una simple herramienta, hay que abordarla desde el conjunto de la cultura empresarial. En el mercado laboral de las TI, los profesionales no se mueven exclusivamente por las condiciones económicas, sino que dan una gran importancia a las oportunidades de crecer, los retos y la posibilidad de desarrollar nuevas habilidades y conocimientos. Las compañías que integran esta estrategia en su estructura empresarial demuestran el compromiso con el desarrollo a largo plazo de sus empleados y su apuesta por su éxito profesional de la mano de la empresa.

Para ello, la reeducación se puede abordar desde dos vertientes. El upskilling es el término que se utiliza para describir el proceso de adquirir nuevas habilidades o competencias, generalmente en un área específica, con el fin de mejorar o actualizar las habilidades existentes. Esta suele ser la práctica más común ya que conforme surgen nuevos avances laborales, también surge la necesidad de actualizarse para implementarlos. Sin embargo, el reskilling, que se enfoca más en el proceso de adquirir un conjunto completamente nuevo de conocimientos, cada vez está ganando más peso. Con el desarrollo de la tecnología, estamos viendo como nacen nuevas profesiones que hace unos años ni si quiera nos imaginábamos y muchas personas están aprovechando la oportunidad para labrarse un nuevo futuro laboral.

Invertir en el futuro para superar el presente

Cuando las organizaciones reconocen la importancia de invertir en la formación y el desarrollo de sus empleados, se crea una cultura laboral positiva para el empleado y se forman equipos más versátiles y preparados para enfrentar los grandes desafíos que plantea este panorama en constante evolución. Además, internalizando los procesos de reeducación en la propia empresa, formamos profesionales adaptados a las necesitades y las estructuras propias, fomentando la implicación del empleado y facilitando la ejecución de los proyectos. Tampoco hay que pasar por alto que, si lo miramos desde los ojos del profesional financiero, evitar externalizar estos procesos reduce costes y agiliza los tiempos.

El reskilling y el upskilling son estrategias cruciales en el mundo actual. Es importante que las empresas reconozcan que la inversión en el desarrollo de habilidades de sus empleados es una inversión en su propio futuro. Las organizaciones deben estar dispuestas a asignar recursos y tiempo a la formación de su personal, y los empleados deben estar motivados a comprometerse con el aprendizaje continuo. Hay que tener claro que la reeducación no es solo una necesidad, es una oportunidad para crecer, evolucionar y prosperar.