La enorme subida de 75 puntos básicos por parte del BCE, a la que siguieron los comentarios hawkish de las «fuentes» habituales, hizo que el euro se disparara frente a la mayoría de sus pares y se llevara consigo al resto de divisas europeas. Por el contrario, el yen japonés volvió a situarse en la parte baja de la clasificación, arrastrado por la insistencia del Banco de Japón en seguir siendo el único banco moderado del G10. La del BCE no fue la única subida: la semana pasada los tipos subieron agresivamente en todo el mundo. Los rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU. alcanzaron nuevos máximos de este ciclo, pero esta vez dicha subida no sirvió para apoyar al dólar. En el momento de escribir estas líneas, las divisas europeas siguen subiendo en los mercados asiáticos, quizás impulsadas por los éxitos militares ucranianos contra las fuerzas rusas y la posibilidad de una resolución de la guerra.
Los principales datos de esta semana llegarán, sin duda, con el informe sobre la inflación estadounidense de agosto, que se publicarán mañana martes. Es casi seguro que la tasa general mostrará otro retroceso debido a la disminución de los precios de la energía. Sin embargo, la clave será la cifra subyacente, más rígida. Independientemente del resultado, el giro agresivo que ha dado la Fed hace muy probable que la semana que viene se produzca otra gran subida de 75 puntos básicos.
La reunión del Banco de Inglaterra prevista para esta semana se ha movido a la siguiente debido al fallecimiento de la Reina de Inglaterra, por lo que aparte de los datos de inflación no se esperan más noticias que puedan mover los mercados.
EUR
El BCE finalmente realizó la enorme subida de 75 puntos básicos que habíamos previsto. Como de costumbre, la rueda de prensa de la presidenta Lagarde fue confusa, pero posteriormente «fuentes del BCE» reafirmaron el giro agresivo e hicieron que los tipos y el euro se dispararan. La posibilidad de otra subida de tipos de 75 puntos básicos en la próxima reunión está sobre la mesa, y seguimos pensando que el nivel final de los tipos del BCE que valoran los mercados (por debajo del 2,5 %) es demasiado bajo.
Esta semana se publicarán los datos de producción industrial de julio, pero al ser tan lejanos no tendrán un impacto significativo en el mercado. Por tanto, el informe del IPC de EE.UU. que se publicará mañana debería ser el evento clave de la semana también para el euro.
USD
Los datos estadounidenses de segundo nivel concuerdan con nuestra opinión de que la economía mantiene el impulso. El índice del ISM no manufacturero sorprendió al alza, confirmando lo que cuentan los datos de empleo. Sin embargo, el aumento de los tipos de interés en EE.UU. fue por detrás del de otros países y afectó al dólar.
Todas las miradas están puestas ahora en los datos de inflación que se publican el martes. La clave estará en la inflación subyacente (que eliminan los componentes volátiles de los alimentos y la energía). La variación anualizada de este indicador ha seguido una suave tendencia a la baja durante los últimos meses, aunque se mantiene en niveles demasiado altos para la Reserva Federal. Un cambio en esta tendencia serían muy malas noticias para la Fed y requeriría una nueva revalorización del valor final esperado para los tipos de interés a un día en EE.UU., que actualmente se sitúa en torno al 4%.
GBP
El fallecimiento de la reina Isabel II ha centrado todos los titulares en Reino Unido, aunque, comprensiblemente, el impacto en los mercados ha sido mínimo. La libra esterlina se sumó al repunte generalizado en Europa frente al dólar, aunque no siguió el ritmo del euro.
Esta semana prestaremos mucha atención al informe del mercado laboral del martes. Esperamos otro buen resultado en todos los ámbitos, incluyendo la creación de empleo, el número de solicitantes y los salarios; esto debería corroborar nuestra opinión de que un consumidor fuerte, impulsado por el pleno empleo y el ahorro realizado durante la pandemia, será probablemente el principal pilar de la economía británica en los próximos meses.