El Banco Central Europeo está lejos de alcanzar su objetivo de inflación en el medio plazo, por lo que, como ya se había previsto en la reunión de febrero, es probable que vuelva a subir los tipos de interés oficiales en 50 puntos básicos en su próxima reunión del jueves 16 de marzo, en la que el tipo de depósito se situaría en el 3%.
Los comentarios de numerosos miembros del BCE indican que ni siquiera esta subida de tipos supondría el final del camino. Es probable que la tasa de inflación subyacente, que subió al 5,6% en febrero, haya alarmado a los miembros del Consejo de Gobierno del BCE, sobre todo por las perspectivas de que siga subiendo. Por otra parte, el mercado laboral se mantiene sólido, los salarios subirán y la escasez de mano de obra también seguirá provocando ajustes salariales al alza. Sin embargo, también son visibles los primeros signos de desaceleración, la economía está perdiendo impulso lentamente y los préstamos, especialmente en el mercado inmobiliario, están disminuyendo de forma significativa.
No obstante, es probable que el BCE siga considerando que los riesgos para las perspectivas de inflación a medio plazo son mayores que los efectos negativos del endurecimiento monetario sobre la economía real. Esto debería reflejarse también en las previsiones de crecimiento e inflación. Se presta especial atención a la proyección de subidas de precios para 2025, que actualmente se estima en el 2,3%. Suponemos que las nuevas proyecciones también mostrarán un nuevo incumplimiento del objetivo de inflación. A este respecto, es probable que el mensaje central del BCE sea que seguirá dependiendo de los datos, pero que mantendrá fundamentalmente el rumbo de las subidas de los tipos de interés. En este escenario, esperamos que el tipo de depósito se eleve al 4% en el verano de 2023.