En España, menos del 30% de los trabajadores confía en recibir una pensión que le permita mantener su nivel de vida tras jubilarse. Más aún, solo el 38% tiene una confianza alta o muy alta en que la recibirá. Estas son las principales conclusiones del estudio que hemos realizado junto a la Universidad de Granada. En este estudio, España presenta el segundo valor más bajo en términos de confianza, solo por encima de Italia, mientras que en el otro extremo están los Países Bajos, Reino Unido y Francia, donde los ciudadanos se muestran más confiados, en ese orden, con respecto al sistema de pensiones actual de sus países.
No es de extrañar. Según la OMS, a nivel global, el porcentaje de mayores de 60 años casi se duplicará entre 2015 y 2050, pasando del 12% al 22%. Este envejecimiento generalizado de la población pone en duda el mantenimiento de los actuales sistemas de pensiones, sobre todo en países como el nuestro, donde la principal fuente de financiación son las aportaciones de trabajadores y empresas.
Incrementar estas cotizaciones para mantener la capacidad adquisitiva de los pensionistas no es la solución, ya que puede traducirse en menos demanda interna y una pérdida de competitividad para el tejido empresarial. Sí lo sería buscar nuevas vías de financiación complementarias como los planes de pensiones privados, pero, para ello, es necesario impulsar la confianza y el interés de los trabajadores.
Falta de comprensión del sistema de pensiones
En lo que se refiere a confianza en el sistema de pensiones, los Países Bajos lideran el ranking. La configuración del propio sistema tiene mucho que ver en este sentido. Además de un nivel de vida más elevado, en este país la tasa neta de sustitución, que indica la pérdida de poder adquisitivo que sufrirá la persona que se jubila, roza el 90%, mientras que en España se queda en un 80,3%.
Sin embargo, la principal lección que debemos aprender es que el grado de comprensión juega un papel importante. En los Países Bajos también es donde los trabajadores tienen una mayor comprensión de su sistema de pensiones (59%).
A este respecto, en España queda mucho camino por recorrer. Aunque es cierto que estamos muy por encima de países como Italia (26%), solo el 50% de los empleados afirma tener un conocimiento alto o muy alto del sistema de pensiones y, paralelamente, somos el país de Europa con un menor interés actual en los planes de jubilación.
El papel de los empleadores
Cerca del 50% de los trabajadores españoles ya realiza aportaciones adicionales para complementar sus pensiones, un 25% de forma autónoma y un 21% a través de sus empleadores. Entre los que todavía no lo hacen, el 40% lo atribuye a la falta de conocimiento o a la excesiva complejidad de estos productos financieros.
Además del hecho de que hay muchas personas que ahora no realizan aportaciones, pero que estarían dispuestas a hacerlo, el estudio nos lleva a pensar dos cosas: proporcionarles formación y orientación profesional podría ser clave para animarlos a dar el paso y existe un gran margen de mejora en lo que se refiere a los planes de pensiones empresariales. Ambos extremos apelan a una oportunidad para los empleadores.
Teniendo en cuenta, además, que casi el 70% de los trabajadores valoran más las empresas que ofrecen aportaciones adicionales a sus planes de pensiones y cerca del 60% a las que brindan asesoramiento profesional para gestionarlos, integrar estos aspectos en las estrategias de remuneración empresariales resulta beneficioso tanto para los empleados como para los empresarios.
En pocas palabras, incrementar el interés de los trabajadores en los planes de pensiones privados garantizaría su futuro sin comprometer su actual capacidad adquisitiva, pero también repercutiría en la capacidad de atracción y retención de talento de las empresas y en su competitividad. Eso sí, siempre como vía paralela y complementaria a la mejora de las pensiones públicas, responsabilidad de los gobiernos.