Fernando Gómez

Techinal Manager European Funds de Euro-Funding

La Inteligencia Artificial (IA) se ha consolidado como una de las tecnologías más transformadoras en la ciencia y la innovación a nivel global. Según Ray Kurzweil en su libro La singularidad está más cerca, la IA experimentará un desarrollo exponencial en los próximos años, impulsada por la reducción de costes y la mejora en la eficiencia del cálculo. A medida que la tecnología evolucione, veremos su convergencia con otras tecnologías emergentes, como la biotecnología y la neurociencia. Sin embargo, estos avances también traerán desafíos significativos relacionados con la ética, la seguridad y la privacidad, que exigirán una regulación rigurosa y un enfoque responsable para maximizar su impacto positivo en la sociedad.

En el contexto europeo, la IA ofrece una oportunidad única para (i) mejorar la competitividad frente a Estados Unidos y China, (ii) acelerar la transferencia de resultados de investigación al mercado, y (iii) abordar retos complejos en áreas como la salud, la agricultura, la energía, las ciencias sociales, la gobernanza, la ciberseguridad, la educación y el cambio climático. La Unión Europea ha liderado la regulación de la IA, con políticas como el «AI Act» que establecen un marco normativo para garantizar el desarrollo y despliegue ético de la tecnología. Estas iniciativas buscan asegurar que la IA sea potente, pero también respetuosa con los valores fundamentales de la sociedad europea, como los derechos humanos y la sostenibilidad.

Las herramientas basadas en IA están transformando la manera en que investigadores y empresas abordan los desafíos sociales. En el ámbito de la salud, los sistemas avanzados de IA, como los modelos de aprendizaje profundo, están mejorando el diagnóstico de enfermedades a partir de imágenes médicas, prediciendo riesgos de salud, acelerando el descubrimiento de fármacos y desarrollando tratamientos personalizados. Además, la posibilidad de realizar ensayos clínicos “virtuales” sin la necesidad de pacientes reales plantea una nueva era en la validación de tratamientos.

En este entorno, los proyectos de I+D en Europa están adoptando la IA como una herramienta transversal que mejora la eficiencia en la investigación, desde la predicción de resultados hasta la automatización de tareas, el análisis masivo de datos y el desarrollo de soluciones innovadoras en todas las áreas de la ciencia y la industria. Sin embargo, la adopción de la IA también enfrenta desafíos significativos. La complejidad tecnológica, los sesgos en los modelos de IA y la falta de transparencia en algunos sistemas generan preocupaciones sobre la equidad, la privacidad y la justicia en los resultados. Europa debe garantizar que sus inversiones en IA no solo lideren en términos de capacidad tecnológica, sino también en la creación de un ecosistema que promueva la confianza pública y fomente la colaboración entre los sectores público y privado.

El reto es doble. Maximizar el potencial de la IA para generar avances en sectores clave, y al mismo tiempo, asegurar su uso ético, respetando los derechos fundamentales y la privacidad de los individuos en cualquier toma de decisión. La legislación de la UE, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y el AI Act, juegan un papel crucial para equilibrar estos intereses.

Aspectos éticos y de seguridad

Uno de los principales retos del uso de IA en I+D es garantizar su uso ético, confiable y seguro. La IA debe cumplir con altos estándares de transparencia, explicabilidad y control humano. Esto implica que los algoritmos sean auditables, sus decisiones comprensibles y las implicaciones para la privacidad claras. La UE ha establecido principios clave, como el respeto por la autonomía humana y la prevención de daños, que deben guiar el desarrollo de sistemas de IA confiables.

En términos de seguridad, los sistemas de IA deben ser robustos y resistentes a ataques, protegiendo tanto los datos personales como los resultados generados. Esto es especialmente importante en entornos de investigación, donde la integridad de los datos es fundamental para la sostenibilidad del sistema.

El futuro de la IA en I+D en Europa está lleno de potencial, pero también presenta complejidades. A medida que la tecnología avanza, es esencial que los expertos en ética, seguridad y privacidad participen en el desarrollo y despliegue de sistemas de IA. Contar con un marco ético claro y regulaciones robustas será crucial para mantener altos estándares de calidad en la investigación científica y asegurar que la IA se utilice de manera responsable.

Referencias:

  1. Directrices Éticas sobre el Uso de la IA en la Educación y Formación (Comisión Europea, 2022): Esta fuente establece directrices sobre el uso de la inteligencia artificial en el ámbito educativo, abordando tanto los beneficios de la IA como los desafíos éticos y de seguridad. En particular, se enfoca en la importancia de la transparencia, la equidad y la protección de los derechos fundamentales. Las directrices también proponen un marco regulador para los sistemas de IA, que se alinean con las políticas de la UE sobre la privacidad y la protección de datos.
  2. Directrices para una IA Fiable (Grupo de Expertos de Alto Nivel de la Comisión Europea, 2018): Estas directrices establecen un marco para una IA ética y robusta, basándose en principios éticos fundamentales, como la autonomía humana, la prevención del daño y la equidad. Proporcionan orientaciones sobre cómo desarrollar, desplegar y utilizar sistemas de IA de manera confiable y responsable, destacando la importancia de garantizar la fiabilidad técnica y la supervisión humana.
  3. Living Guidelines on the Responsible Use of Generative AI in Research (European Commission, 2025): Este documento se centra en el uso responsable de la IA generativa en la investigación, destacando los principios clave como la fiabilidad, la honestidad, el respeto por los derechos de los participantes en la investigación y la responsabilidad de los investigadores. Las recomendaciones también abordan el manejo adecuado de la privacidad, la confidencialidad y los derechos de propiedad intelectual, a la vez que promueven la sostenibilidad en el uso de la IA en la investigación científica.
  4. Código de Prácticas sobre la Transparencia del Contenido Generado por IA (Comisión Europea, 2025): Código de Prácticas orientado a asegurar la transparencia en el contenido generado por IA, de acuerdo con el Artículo 50 de la Ley de IA.