Data y negocios: cómo aprovechar la analítica en el sector fitness

26/05/2025

Un gimnasio en Madrid cancela el 30% de sus membresías cada año. Otro en Barcelona logra retener al 85% de sus clientes. La diferencia no está en las máquinas ni en el precio: está en cómo usan lo que ya tienen. Cada vez que un cliente reserva una clase, pasa su tarjeta en recepción o pide un batido después de entrenar está dando pistas que muchas veces no son leídas como se debería. Es en este punto donde entra en juego el software de entrenamiento que empresas como Training ofrecen para centralizar todos los aspectos de un modelo de negocio que cada vez está más en auge.

Del seguimiento manual a la inteligencia de negocio

Imaginar un gimnasio gestionado con libretas y hojas de cálculo parece anacrónico, pero muchas empresas aún operan con herramientas fragmentadas en lugar de un software fitness con todas las funciones que un gimnasio requiere. Pensemos en algo tan simple como la programación de clases. Un centro podría ofrecer yoga a las 7 a.m. porque «siempre se ha hecho», o porque los datos desvelan que el 60% de sus clientes madrugadores trabajan en oficinas y prefieren reducir el estrés antes de entrar a la oficina.

Esta misma premisa se puede aplicar al check-in. Cuando un cliente deja de escanear su código QR durante tres semanas, el sistema no se limita a registrar su ausencia. Cruza esa información con su última compra (¿un paquete de entrenamiento que acabó hace un mes?) o con su frecuencia histórica (¿solía venir cinco días a la semana y ahora cero?). Son conexiones que un manager con una hoja de Excel jamás vería.

La tienda que sabe más que el vendedor

La venta de una membresía no constituye el término, sino el comienzo. Imagina que un cliente adquiere un plan de nutrición junto a su suscripción mensual. Dos meses después, deja de comprar proteínas en la tienda online, pero sigue asistiendo a clases de fuerza. ¿Está satisfecho? ¿O está a punto de irse a un competidor que le ofrezca suplementos incluidos? La tecnología ahora te lo hace saber cuando aún estás a tiempo de recuperarlo.

En la facturación, la automatización hace lo propio en lugar de limitarse a evitar errores. Si un 15% de los usuarios cancela su renovación automática cada diciembre, quizás no sea casualidad: podría relacionarse con ofertas de año nuevo de la competencia. Los pagos recurrentes constituyen en la mayoría de casos un termómetro de satisfacción.

Marketing que escucha antes de hablar

Enviar un correo electrónico genérico con un 10% de descuento es como gritar en un concierto de rock: nadie te oye. Pero, ¿y si el mensaje llega justo cuando un cliente ha faltado a su tercera clase seguida? ¿O cuando lleva seis meses sin probar un servicio nuevo? Alerta. Reacciona. Retiene. Así de simple. ¿Sabes qué duele más que perder un cliente? Perderlo por no darte cuenta a tiempo.

La integración con la web del gimnasio tampoco es cosmética. Si el 70% de las reservas de pilates se hacen desde móviles entre las 10 p.m. y la medianoche, quizás debas subir un reel a Instagram a esa hora mostrando los beneficios de esa disciplina, no publicar un post estático al mediodía. En definitiva, dejar de adivinar para tomar decisiones basadas en datos, automatizar las acciones más simples e integrar todo en un mismo espacio.