Especial energía Ejecutivos
20 de noviembre de 2024
Enagás promueve el Observatorio Tecnológico del Hidrógeno para acelerar el despliegue de este vector
Enagás presentó este año el Observatorio Tecnológico del Hidrógeno. Una iniciativa cuyo objetivo es actuar como catalizador para el intercambio de conocimiento técnico acerca de la cadena de valor del hidrógeno.
“En concreto queremos impulsar los avances tecnológicos que aceleren el despliegue de este vector energético clave para la transición energética”, afirma Igor Pagazaurtundua, coordinador del mismo.
El Observatorio se establece como un foro de debate entre actores del ámbito privado, público y académico. Entre sus funciones se encuentra ejercer un seguimiento para monitorizar el estado de las tecnologías; identificar las tendencias futuras y anticipar la evolución tecnológica del sector y compartir mejores prácticas relacionadas con la tecnología y la innovación en este ámbito para favorecer su implementación.
Se encuentra abierto a la incorporación de todas las empresas, instituciones, centros tecnológicos y de investigación nacionales y europeos que quieran sumarse. Además, busca establecer acuerdos y alianzas con otros actores relevantes, tanto públicos como privados, que compartan un enfoque similar.
Con esta iniciativa, Enagás reafirma su compromiso con la innovación y el desarrollo sostenible, posicionándose a la vanguardia de la tecnología del hidrógeno y contribuyendo significativamente a la transición hacia una economía más verde y sostenible.
Las infraestructuras de hidrógeno, una realidad
“La producción, transporte y almacenamiento del hidrógeno verde a gran escala, a día de hoy, son viables tecnológicamente”. Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron los participantes del primer evento promovido por el Observatorio Tecnológico del Hidrógeno en colaboración con la Embajada de Francia en España, celebrado en la sede del Institut français de Madrid, y centrado en los desafíos tecnológicos de las infraestructuras de hidrógeno.
Para el Encargado de Negocios a.i de la Embajada de Francia en España, Aymeric Chuzeville, que inauguró el evento, “el hidrógeno es uno de los sectores estratégicos que nos permitirá cumplir nuestros objetivos de competitividad y transición energética”. Asimismo, destacó la “estrecha colaboración” en el ámbito energético entre España y Francia haciendo referencia al proyecto H2Med, el primer corredor de hidrógeno europeo.
La Directora General de Transición Energética de Enagás, Natalia Latorre, destacó cómo «el hidrógeno es una realidad y también son una realidad las infraestructuras de transporte y de hidrógeno». Latorre remarcó que los objetivos de consumo de hidrógeno en la Unión Europea alcanzan los 20 millones de toneladas en 2030 según REPowerEU, que apuesta por los corredores para que “el hidrógeno llegue allí donde sea necesario».
El Director adjunto de la Federación de Investigación del Hidrógeno (FRH2) del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), Daniel Hissel, resaltó que “Tecnológicamente los avances en los últimos años han sido considerables. Cuando hay una voluntad colectiva, los retos tecnológicos se superan” valoró.
Por su parte, el Director General del Centro para el Desarrollo y la Innovación (CDTI), José Moisés Martín, defendió que las infraestructuras transnacionales como H2Med “contribuyen a potenciar la tecnología y la I+D+i interna y a generar estándares europeos comunes, claves para desplegar estas soluciones a gran escala”.
También, para el Director del Instituto de Tecnología Química –centro mixto del CSIC y la Universitat Politècnica de València (UPV)–, José Manuel Serra, “hay madurez suficiente” para desarrollar las infraestructuras de hidrógeno renovable. “A largas distancias, transportar hidrógeno por ductos es la opción más eficiente, por el tipo de infraestructura. Y, en este ámbito, las innovaciones ya se están dando”, aseguró.
Un papel crucial en el despliegue del hidrógeno
Enagás está inmersa en el desarrollo de infraestructuras de hidrógeno renovable en España y Europa, y considera el hidrógeno un vector clave para lograr la neutralidad climática y la autonomía energética.
En los últimos meses, ha alcanzado hitos significativos que respaldan su compromiso con el despliegue de un mercado del hidrógeno. Es gestor provisional de la Red Troncal de Hidrógeno (HTNO). Y, en España, cuenta con la autorización del Gobierno para iniciar la tramitación de H2Med, así como de la red española de hidrógeno y los almacenamientos asociados.
Todos ellos han sido elegidos como Proyecto de Interés Común de la Comisión Europea. H2Med, en concreto, va a ser el primer corredor de hidrógeno verde europeo que conectará la producción de hidrógeno renovable de la Península Ibérica con la demanda del noroeste de Europa.
Se espera que esté operativo para 2030 y que transporte el 10 % de la demanda europea de hidrógeno. Incluye una conexión terrestre entre Celorico da Beira en Portugal y Zamora en España (CelZa), así como una conexión marítima entre Barcelona y Marsella (BarMar).
En junio, Enagás firmó un acuerdo de desarrollo conjunto (JDA) con los gestores de la red de gas de Francia GRTgaz y Teréga, en colaboración con el operador gasista alemán OGE, para la interconexión BarMar entre España y Francia. Y para la interconexión CelZa entre Portugal y España, Enagás y el gestor de la red portugués REN formalizaron un acuerdo adicional al Memorando de Entendimiento en vigor para el desarrollo conjunto del proyecto.
Iberdrola lidera la electrificación del planeta
Iberdrola, el gigante eléctrico europeo, tiene un objetivo claro: transformar la demanda de energía fósil en eléctrica de origen renovable en todo el planeta. La electrificación es imparable. Están alineados la industria, el transporte, la climatización y la digitalización, íntimamente ligada a los centros de datos y la Inteligencia Artificial. La compañía que preside Ignacio Galán cuenta con más de 44.000 MW verdes instalados y se convierte así en una de las eléctricas del mundo con mayor potencia limpia disponible.
El grupo energético está en pleno despliegue de su plan de inversiones entre 2024-2026 por un total de 41.000 millones de euros, a lo que se suma 5.000 millones de euros de la compra de la británica ENW. Además, la compañía se va a fusionar con Avangrid, que ya ha recibido la aprobación de los accionistas de la filial, lo que implicará que Iberdrola adquiera el 18,4 % de las acciones que no controla por 2.550 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros).
El poder de las redes
El crecimiento en redes eléctricas ha permitido que los activos regulados, aquellos que reciben una remuneración asegurada y predecible de los países en los que ha desplegado esas infraestructuras, asciendan a 43.300 millones de euros a cierre de junio. Y con la compra de ENW este importe crecerá hasta el entorno de 51.000 millones el próximo año, con la misión de que se sitúe entre 65.000 y 70.000 millones en 2030.
El plan incluye una inversión neta en redes de 21.500 millones de euros, de 15.500 millones en renovables, incluyendo 5.000 millones aportados por socios en proyectos en curso. Aquí, uno de los motores para el futuro de Iberdrola será la eólica offshore -instalaciones eólicas para generar energía 100 % limpia situadas en el mar-, a la que destinará el 54 % de los 15.500 millones que invertirá en la construcción de renovables. Las zonas geográficas de estas inversiones serán Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania.
Iberdrola cuenta ya con casi 2.400 MW en eólica marina y con unos 3.000 MW que estarán operativos en 2025 y con el objetivo de que en 2026 la potencia en esta tecnología alcance los 4.800 MW. En la actualidad, ya están en funcionamiento cuatro parques eólicos marinos: en Reino Unido (West of Duddon Sands y East Anglia 1), Alemania (Wikinger) y Francia (Saint Brieuc), mientras que están previstas las puestas en marcha este año del alemán Baltic Eagle y del estadounidense Vineyard Wind, así como del también germano Widanker y del británico East Anglia 3.
Récord en Bolsa
La vitalidad del negocio está reflejándose en la Bolsa. La capitalización de Iberdrola se sitúa en entorno de máximos históricos y ronda los 90.000 millones de euros, más que el resto de energéticas del Ibex juntas: Naturgy, Endesa, Repsol, Redeia, Acciona Renovables, Enagás y Solaria. La cotización se ha disparado en los últimos tiempos tras la compra de la británica Electricity North West (ENW) por 5.000 millones de euros y las adjudicaciones de los parques eólicos marinos en Estados Unidos y en Reino Unido, con contratos valorados en unos 10.000 millones.
Los analistas se han apresurado a elevar los precios objetivos de la eléctrica, la mayor de Europa y una de las tres más grandes del mundo. Le asignan una valoración de hasta 16,3 euros por título, como es el caso de Renta 4. También le han subido los precios objetivos Goldman Sachs, hasta 16 euros, Alantra (15,8), Morgan Stanley (15,5), Oddo (15,3), Banco Sabadell (15,05) HSBC (15) o Santander (14,5), entre muchas otras casas de análisis.
Potentes resultados
Las favorables perspectivas de los negocios de Iberdrola se traducirán en la cuenta de resultados, con un beneficio neto esperado para 2026 de entre 5.600 y 5.800 millones de euros, frente a los 4.803 millones del año pasado. En el primer semestre de 2024 obtuvo un beneficio de 4.134 millones, impulsado por la desinversión de parte del negocio en México, que aportó 1.165 millones de euros.
La eléctrica ha mejorado además las previsiones para el presente ejercicio, hasta situar el crecimiento del beneficio neto en el doble dígito (excluyendo cualquier plusvalía por rotaciones de activos) desde los 4.803 millones de euros de 2023, gracias a la aportación de las nuevas inversiones en redes, las revisiones de tarifas en los Estados Unidos, Reino Unido y Brasil.
Y, al compás del alza del beneficio, Iberdrola anticipa un crecimiento sostenido del dividendo, para situarlo entre los 0,61 y 0,66 euros por acción en 2026, frente a los 0,55 euros con cargo a 2023, cuantía esta última que se establece como suelo para todo el periodo. Así, entre 2024 y 2026, la eléctrica prevé repartir 11.000 millones de euros entre sus accionistas, frente a los 9.500 millones que distribuyó entre 2021 y 2023.
Naturgy, el biometano: clave en la descarbonización y la transición justa
El gas renovable es un tipo de energía que se obtiene a partir del tratamiento de los residuos urbanos, agrícolas, ganaderos y de la industria agroalimentaria, así como de la depuración de las aguas residuales. Son gases procedentes de fuentes renovables, y no generan emisiones contaminantes. Por ello, su desarrollo es clave para la descarbonización de la economía. Los gases renovables son principalmente el biometano, que se produce a partir de residuos orgánicos, y el hidrógeno verde, que se genera a partir de electricidad renovable y agua.
Naturgy quiere liderar el impulso de los gases renovables en España: la compañía está bien posicionada para aprovechar la oportunidad que ofrecen para avanzar hacia la descarbonización y está dispuesta a desplegar importantes inversiones y recursos en este negocio.
España es el tercer país europeo con mayor potencial de producción de biometano: según un estudio de Sedigas, 163 TWh/a, el equivalente al 40 % de la demanda nacional de gas natural. Al mismo tiempo, permitiría ahorrar la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano que, de otra manera, se liberarían a la atmósfera por la descomposición de los residuos reutilizados para generarlo. Además, desarrollar el potencial de biometano en España supondría un ahorro de hasta 4.000 millones de euros para los consumidores por la reducción de las compras a países terceros. Pero España, a pesar de su enorme potencial, acumula un notable retraso en la producción y consumo de este gas renovable frente a otros países europeos como Francia o Dinamarca.
El biometano se perfila como una de las grandes claves en la reducción de emisiones, ya que, al tener cualidades similares al gas natural, puede distribuirse a través de la infraestructura gasista existente y emplearse en hogares, industrias, comercios y también para movilidad en el transporte.
El biometano está llamado a jugar un papel central en la transición energética en España: nos permitirá diversificar fuentes de energía y aumentar la autonomía energética, puesto que las fuentes renovables tienen su origen en el país, asegurar la garantía de suministro y reducir la factura exterior en la balanza comercial.
Este gas renovable lleva más de 50 años entre nosotros. Además, es fácil de almacenar, una flexibilidad que no tienen otras energías. El biometano ya es una tecnología madura, asequible y almacenable que contribuye a dar estabilidad y capacidad de almacenamiento al sistema eléctrico.
Por otra parte, el desarrollo del biometano permitiría la creación de empleo y el desarrollo de las zonas rurales. Adicionalmente, promueve la economía circular con la optimización de los residuos, puesto que los residuos ganaderos y agrícolas son una de las principales materias primas para su producción. Y el despliegue de este enorme potencial, no solo aportaría una gran riqueza a la economía, sino que contribuiría a solucionar dos grandes desafíos: la gestión eficiente de los residuos y el reto demográfico.
La firme apuesta de Naturgy por el biometano
Naturgy tiene una decidida apuesta por innovar para hacer realidad el gas renovable. La compañía cuenta con tres plantas de producción propia (una en Galicia y dos en Cataluña) que actualmente están inyectando biometano en la red. Además, gestiona una amplia cartera de proyectos en todo el territorio en distintas fases de desarrollo, y sumará en los próximos meses dos nuevas instalaciones de biometano en Valencia y Sevilla.
La apuesta de Naturgy por el biometano como actor clave en la descarbonización incluye todos los sectores de la economía. El sector energético, por el uso de una energía descarbonizada que puede usarse en industrias, viviendas, comercios o movilidad.
Y es que el biometano es la alternativa de descarbonización más sostenible medioambiental, económica y socialmente, porque significa emisiones netas negativas, economía circular y reducción de residuos. La confiabilidad, adaptabilidad, impacto ambiental, universalización de su uso y las contribuciones económicas convierten al biometano en un elemento vital para un futuro próspero con una energía más sostenible y segura.
Este gas renovable está llamado a ser un puntal en la descarbonización de los hogares: con el 30 % del potencial de biometano que existe en España podríamos descarbonizar todo el parque de viviendas de España sin que los propietarios tengan que afrontar ningún coste. Y es que hoy en día todas las calderas están preparadas para funcionar al 100 % con biometano sin necesidad de ninguna inversión: la caldera de condensación con biometano es la mejor y más barata forma de descarbonizar los hogares. El biometano no requiere ningún tipo de adaptación de la infraestructura gasista, del transporte ni de distribución hasta nuestras casas. Es decir, ya puede circular por la actual infraestructura de gas natural, eje vertebrador de la descarbonización en el hogar.
Además, Nedgia, la distribuidora de gas del Grupo, está jugando también un papel estratégico en el despliegue de los gases renovables a través de una infraestructura gasista compuesta por una red de más de 57.000 kilómetros presente en 1.150 municipios.
Nedgia también está siendo pionera en España al desarrollar un proyecto en nuevas promociones residenciales en el que se sustituye el gas natural por el biometano, lo que supone un paso de gigante por el respeto al medio ambiente.
Por último, la distribuidora de gas ha firmado ya 45 contratos de conexión a plantas de biometano para la inyección de gas renovable en su red de distribución de gas. La capacidad de inyección vinculada a estas solicitudes asciende a 2.400 GWh/año, equivalentes al consumo de gas de cerca de medio millón de hogares en España.
Hacia una transición energética justa y sostenible
Por Daniel Fernández, Cofundador y coCEO de SotySolar
En la última década, el mundo ha sido testigo de un cambio radical en la forma en que concebimos la energía. La sostenibilidad y la eficiencia energética han pasado de ser conceptos reservados para expertos y entusiastas a convertirse en temas centrales en la agenda pública y privada. Este cambio no es casualidad, sino el resultado de una creciente conciencia sobre los impactos del cambio climático y la necesidad urgente de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
España, dotada de un gran recurso solar, se encuentra en una posición privilegiada para liderar esta transición hacia un modelo energético más limpio. Sin embargo, a pesar del gran potencial que tenemos, la adopción masiva de energías renovables, en particular de la energía solar, enfrenta aún desafíos significativos. Estos retos no solo están relacionados con cuestiones tecnológicas o económicas, sino también con la necesidad de garantizar que esta transición sea justa para todos los sectores de la sociedad.
Uno de los principales obstáculos en el camino hacia una adopción masiva del autoconsumo es la barrera económica. Aunque los sistemas de energía solar han demostrado ser una inversión rentable a largo plazo, el coste inicial de la instalación sigue siendo un impedimento para muchos hogares. No todas las personas pueden permitirse el desembolso inicial que puede tener una instalación. Sin duda que las administraciones pueden hacer mucho para superar esta barrera ahora que apenas quedan subvenciones a las que las personas se puedan acoger. Es por ello que se plantea una pregunta crucial: ¿cómo podemos las empresas democratizar el acceso a la energía solar para que todas las personas puedan beneficiarse de ella, independientemente de su capacidad financiera?
Aquí es donde los modelos de financiación juegan un papel esencial. Estos modelos permiten a los usuarios instalar sistemas de autoconsumo sin necesidad de realizar una inversión inicial, ofreciendo en su lugar la posibilidad de pagar una cuota mensual fija que cubre tanto la instalación como el mantenimiento de los sistemas. Esta flexibilidad no solo facilita el acceso a la energía solar, sino que también abre la puerta para que más personas contribuyan a la reducción de la huella de carbono y el cuidado del medioambiente.
Con esto en mente, en algunas empresas como es el caso de nuestra compañía, hemos desarrollado un modelo de financiación propio, que permite a los usuarios acceder a los beneficios de la energía sostenible sin necesidad de una inversión inicial. De este modo, permitimos que cada vez más usuarios puedan instalar soluciones de autoconsumo en sus hogares o empresas sin necesidad de pagar por adelantado. En lugar de ello, los usuarios pagan una cuota mensual fija. En nuestro caso desde 33€/mes, se cubre la instalación, el mantenimiento y el uso de los productos energéticos instalados, lo que significa que el consumidor no tiene que preocuparse por costes adicionales ni por el mantenimiento del sistema.
No obstante, la democratización del acceso a la energía no debe limitarse únicamente a la financiación. La tecnología tiene también un papel fundamental en esta ecuación y es por ello que, en la actualidad, el control y la optimización del consumo energético son aspectos cruciales para maximizar los beneficios de las instalaciones de autoconsumo. La capacidad de monitorizar en tiempo real la producción y el consumo de energía, y de ajustar este uso según las necesidades específicas del usuario, son una herramienta poderosa que no solo permite ahorrar dinero, sino que también contribuye a una utilización más eficiente y sostenible de los recursos energéticos.
Aquellas empresas que más allá de ser meras instaladoras inviertan en innovación marcarán la diferencia. En nuestra empresa, por ejemplo, tenemos un equipo de ingenieros encargado de desarrollar herramientas que nos permiten avanzar hacia soluciones que ofrecen cada vez una mayor eficiencia energética. Semsai, es nuestro sistema energético inteligente: un agente diseñado para optimizar el uso de la energía solar en hogares y empresas. En la actualidad, el control y la monitorización de la energía son esenciales para maximizar los beneficios de cualquier instalación fotovoltaica. Los sistemas de gestión de energía o EMS (energy management systems) nos permiten no solo monitorizar en tiempo real la producción y el consumo de energía, sino que también proporcionan herramientas avanzadas para gestionar y optimizar este consumo. Otro aspecto innovador de estos sistemas inteligentes de energía son su capacidad para identificar problemas potenciales en el sistema solar. Si algo no está funcionando correctamente, Semsai envía alertas instantáneas al usuario, permitiéndole tomar medidas antes de que el problema se agrave. Esta función no solo garantiza la eficiencia del sistema, sino que también prolonga su vida útil al asegurar un mantenimiento adecuado de la instalación. Todo ello para garantizar la máxima tranquilidad, ahorro y confort en las viviendas. Desde mi punto de vista éste es el camino, innovar para aprovechar las capacidades de la tecnología a favor de la sostenibilidad.
Además de las tecnologías de monitorización y optimización, es importante considerar cómo se utiliza la energía dentro de los hogares. La eficiencia energética no se limita a la generación de energía, sino que también abarca el cómo esta energía se consume. En este sentido, tecnologías como la aerotermia ofrecen una alternativa más eficiente y menos contaminante a los sistemas tradicionales de calefacción y refrigeración. Para aquellos que lo desconozcan, la aerotermia utiliza la energía del aire exterior para calentar y enfriar los hogares aprovechando los recursos naturales mientras reducimos el consumo energético y las emisiones de carbono. La aerotermia no solo es más eficiente, sino que también es más sostenible. Al utilizar una fuente de energía renovable como el aire, y al combinarse con la energía solar, este sistema puede funcionar casi completamente con energía limpia, lo que reduce significativamente las emisiones de CO2 y maximiza el ahorro económico. Además, la vida útil más larga y el menor mantenimiento requerido por los sistemas de aerotermia se traducen en un mayor retorno de la inversión para los consumidores. Sin olvidar que este tipo de sistema de climatización es mucho más seguro que el de las tradicionales calderas. La Nueva Directiva de la UE marca el inicio del 2026 como el final de la instalación de calderas de gas y en menos de 20 años veremos como todas las calderas de gas se sustituyen por sistemas alternativos como éste.
La adopción de tecnologías de autoconsumo no solo tiene beneficios económicos y ambientales para los usuarios individuales, sino que también contribuye al bienestar general de la sociedad por la lucha que supone contra el cambio climático. Cada vez que un hogar, comunidad o empresa opta por instalar paneles solares, utilizar aerotermia o adoptar otras tecnologías de energía renovable, está contribuyendo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este esfuerzo colectivo es esencial para cumplir con los objetivos climáticos establecidos en acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, y para asegurar un futuro más sostenible para las generaciones futuras. Es por ello que una transición hacia un modelo energético más limpio, justo y sostenible es una tarea que nos concierne a todos. Las empresas del sector energético, los ciudadanos, y los responsables políticos deben trabajar juntos para asegurar que las tecnologías de autoconsumo, como la energía solar o la aerotermia, estén al alcance de todos y contribuyan a un futuro más verde. Es por ello que hago una llamada a gobiernos e instituciones a seguir apoyando esta transición. Necesitamos desarrollar mucho más ésta industria por la urgencia del momento. Sin su apoyo va a ser complicado.
Según nuestro último informe sobre la radiografía de autoconsumo del mercado español, observamos cifras muy reveladoras como por ejemplo la de que sólo el 19% de los propietarios de una vivienda declara estar bastante o muy informado sobre autoconsumo energético, una cifra muy baja para alcanzar los objetivos que tenemos marcados. Para la mayoría de las personas todavía resulta muy complejo entender conceptos como el de inversor, kw/h o hasta el de potencia contratada. Los consumidores necesitan de la didáctica que podemos ofrecer las empresas, pero también las instituciones. En un mundo donde la urgencia de la transición hacia energías limpias es cada vez mayor, es vital que sigamos informando, así como desarrollando e implementando soluciones que permitan a los usuarios tomar el control de su energía y contribuir activamente a la construcción de un futuro lleno de ahorro, sostenibilidad y justicia energética. Es responsabilidad de todos contribuir al futuro de nuestro planeta.
El futuro de la energía: las personas en el centro de la transición
Por Roberto Giner, CEO de Octopus Energy
La transición energética es uno de los mayores retos de nuestra era, que requiere de la colaboración de gobiernos, empresas y personas. Solo trabajando en la misma dirección podemos acelerar el proceso. Redefinir el sistema energético es, sin duda, una oportunidad sin precedentes para avanzar hacia un modelo más sostenible y justo, pero, sobre todo, es la oportunidad para poder incluir a las personas en el centro de esta transformación.
En Octopus Energy, desde nuestro nacimiento en el Reino Unido en 2016 y nuestra llegada a España en 2021, nos aseguramos de que las personas sean parte fundamental de esta transición. Ayudándoles a comprender cómo funciona el mercado energético, dándoles la información que necesitan de forma clara y transparente es la forma en la que en Octopus Energy impulsamos esta transformación. Empoderando a nuestros clientes, hemos conseguido que más de 200.000 hogares españoles accedan a energía verde a precios justos en menos de dos años, y a más de 7,5 millones en todo el mundo en ocho años.
Con este ritmo de crecimiento, a menudo nos preguntan cuál es la receta del éxito. Lo curioso es que no hemos inventado nada, simplemente hemos hecho lo que ninguna energética ha hecho hasta ahora: escuchar, de verdad, a sus clientes.
Cuando hablamos de empoderar a las personas nos referimos a hacerlas partícipes de iniciativas que les ayudan a ahorrar en sus facturas y a consumir más energías renovables. Por ejemplo, con nuestras ‘Saving Sessions’ incentivamos a los hogares a desplazar sus consumos para evitar los picos de demanda que dependen de energías fósiles, mientras aprovechan los momentos de máxima producción de energías renovables, reduciendo así su desaprovechamiento. Es una muestra de nuestra forma de introducir el concepto de flexibilidad en los hogares.
Recientemente, muchos clientes nos pidieron tener energía solar sin contar con paneles solares en casa, una realidad que afecta a la gran mayoría de españoles que viven en edificios. Paradójicamente, atravesamos un momento en el que tenemos un exceso de generación de energía renovable que, ante la falta de sistemas de almacenamiento, se está desaprovechando. Frente a esta situación, y con la tecnología adecuada, decidimos poner en marcha nuestra primera comunidad solar, Octopus Solar Family. Se trata de una tarifa solar que permite a nuestros clientes ahorrar en su factura eléctrica con el simple gesto de desplazar su consumo a las horas de mayor producción solar.
Proyectos
A nivel global, contamos con proyectos como los Fan Clubs, otro ejemplo claro de esta filosofía que llamamos ‘Customer Love’. A través de estos “clubes”, las comunidades cercanas a nuestros parques eólicos pueden acceder a tarifas energéticas más bajas cuando el viento sopla con fuerza, generando así más electricidad.
Con una estrategia que combina tecnología e interacción directa con los clientes, cada solución inteligente que lanzamos al mercado ha sido previamente testeada con nuestros clientes, garantizando así que respondemos a necesidades reales. Este es el caso de la primera tarifa inteligente del mercado, Intelligent Octopus Go, que hemos creado para cargar vehículos eléctricos en casa por menos de tres euros. Aunque está aún en fase de desarrollo, los clientes que ya se han adherido pueden programar la hora y nivel de carga desde nuestra app, y nosotros nos encargamos de cargar la batería con energía verde cuando es más barata.
Todo esto es posible gracias a Kraken, el core de nuestro “Universo Energético”. Nuestra plataforma nos permite monitorizar los consumos y gestionar todas las tecnologías que necesitan los hogares para ser sostenibles: tarifas, paneles solares, baterías, puntos de recarga y aerotermia. Además, Kraken gestiona todas las interacciones con nuestros clientes, ganando así agilidad a la hora de atender a nuestros clientes, lo que nos ha llevado a ser la eléctrica mejor valorada con puntuaciones de casi cinco estrellas en plataformas como Google Review y Trustpilot.
Si bien ser verdes y tecnológicos nos da una gran ventaja competitiva, la piedra angular es la vocación de servicio al cliente. A lo largo de toda la experiencia, nuestros clientes son atendidos por una persona del equipo que conoce nuestra cultura, nuestros valores y nuestros procedimientos internos. Sin importar el departamento, el cliente siente en todo momento que está en contacto con Octopus Energy, y esa cercanía se nota.
Los resultados nos avalan. La mayoría de nuestros nuevos clientes vienen recomendados por otros clientes, todo un hito en el sector. Con nuestro programa de referidos, por ejemplo, hemos conseguido que nuestros clientes se conviertan, si quieren, en nuestros propios embajadores de marca.
En un momento en la que las opiniones de las personas influyen más que nunca en las decisiones y con un mercado energético que necesita de una profunda transformación, en Octopus Energy apostamos por la transparencia y la cercanía con el único objetivo de ser el colaborador de referencia para todos aquellos hogares que se quieran unirse a esta revolución.
El futuro de la energía es prometedor, y en Octopus Energy estamos orgullosos del papel que desempeñamos en su transformación. Nuestro compromiso es claro: construir un mundo en el que la energía verde sea la norma, donde todos tengan acceso a soluciones energéticas sostenibles y donde la tecnología se utilice para beneficiar a la mayor cantidad de personas posible.
Cuenta atrás para 2030
Por Juan Virgilio Márquez, director general de AEE
Tenemos por delante cinco años para alcanzar los objetivos de energía eólica a 2030 establecidos por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Es decir, 62 GW de potencia eólica total instalada, incluyendo 3 GW de eólica offshore.
¿Cómo lo lograremos? Tenemos que duplicar la actual cifra de potencia eólica instalada en España, que cuenta con más de 31 GW. Pero para ello necesitamos más eólica y más rápido. Mantener la capacidad de producción del contingente eólico en España debe ser una prioridad energética, económica, climática e industrial del país. Pero no solo mantener la capacidad de producción de nuestros parques, sino aumentarla progresivamente y con ambición para cumplir la senda del nuevo PNIEC, todo ello garantizando una sostenibilidad de las inversiones.
La industria eólica española es un caso de éxito y un referente internacional siendo España uno de los pocos países con el 100 % de la cadena de valor de la eólica, y quinto país en el mundo con mayor exportación de aerogeneradores. Además, la eólica española es la quinta potencia a nivel mundial en el ranking de países con mayor potencia eólica instalada y la segunda a nivel europeo.
¿Cómo lo hemos conseguido? El empeño, el esfuerzo, la experiencia, competitividad de los más de 40.000 profesionales actuales y la visión a largo plazo de los inversores y las instituciones han sido la fórmula perfecta para ser un sector referente en el despliegue de las tecnologías renovables y la transición energética, posicionando a la eólica como la primera tecnología del mix energético con un 25 % de cobertura en España. El sector está preparado para alcanzar los 62 GW a 2030 como objetivo de país, pero para ello hay que afrontar múltiples retos.
La eólica en España nos lleva acompañando muchos años, con 1.371 parques eólicos que generan más de 62.000 GWh de electricidad para nuestros ciudadanos. Esta generación eólica está presente en 47 provincias de nuestro país, de las cuales 20 generan más de 1 TWh de electricidad gracias al viento. Castilla y León con 6.517 MW es la comunidad autónoma con mayor potencia eólica instalada y Aragón fue en 2023 la comunidad autónoma que más incrementó su potencia eólica con 307 MW nuevos, seguida de Castilla La Mancha (92 MW) y Cataluña (60 MW).
Pero además de la generación de electricidad, en España contamos con el 100 % de la cadena de valor del sector eólico. La industria eólica en España cuenta con más de 280 centros de fabricación en 16 de las 17 CCAA, y el sector aporta más de 5.800 millones de euros al PIB de la economía española, un 0,50% del mismo, con unas exportaciones valoradas en más de 2.500 millones de euros. El sector eólico en España empleará a más de 60.000 personas en 2030 si se cumplen las estimaciones del PNIEC.
Nuestros retos no han de ser menos que nuestros logros alcanzados
La protección de nuestra industria es uno de los desafíos principales, ya que la eólica es la única tecnología renovable que hoy en día se puede fabricar a gran escala íntegramente en Europa, y para ello se requieren medidas de política industrial que velen por la cadena de valor made in and by Europe. El refuerzo de las capacidades de la cadena de valor española y la vigilancia del cumplimiento de las reglas de comercio internacional para evitar prácticas anticompetitivas es necesario para proteger a la industria eólica. El sector eólico europeo está a la vanguardia de la reactivación y fortalecimiento de nuestra economía, asegurando la energía que Europa necesita y manteniendo su liderazgo industrial y tecnológico en el ámbito global. El Pacto Verde Europeo, el RepowerEU y el Net Zero Industry Act (NZIA), junto con el European Wind Charter, son las principales herramientas existentes que permiten conseguir la ansiada resiliencia económica e industrial y garantizar la seguridad energética.
Necesitamos, como sector, coordinar nuestros esfuerzos a lo largo de toda la cadena de valor, integrando a todos los actores, grandes y pequeños, para lograr nuestros objetivos y establecer un diálogo fructífero con la sociedad sobre los beneficios y costos de la transición energética. Creemos firmemente que el sector eólico es un motor clave para permitir una profunda transformación en la estructura energética europea y un vector de competitividad económica y progreso social para nuestro país y sus comunidades locales.
El papel de las subastas de energía renovable es clave, con un diseño que debe evolucionar para cumplir el NZIA y las enfoque a maximizar la descarbonización del mix eléctrico. Hay que considerar criterios y estándares de valor añadido más allá del puro precio, con cupos por tecnologías, y con un calendario y visibilidad a largo plazo, elementos esenciales para que las empresas promotoras inviertan en eólica.
Otro reto es el incremento de la demanda eléctrica. Trabajar en políticas de electrificación es probablemente una de las tareas más importantes a las que nos enfrentamos como país ya que implican un cambio de comportamiento de los consumidores. Las redes de distribución son un elemento clave en este proceso de electrificación. La inversión en redes debe aumentar para adaptarlas a las nuevas necesidades.
La judicialización de los proyectos en determinados territorios como Galicia preocupa mucho al sector y es otro objetivo a solventar con urgencia, ya que traslada un mensaje de inseguridad jurídica que afecta a las decisiones de inversión y puede generar un efecto de emigración industrial. La situación actual es grave ya que unos 2 GW de proyectos con los permisos de construcción ya otorgados, se encuentran paralizados a la espera de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la UE. Hay múltiples consumidores que se verán afectados ya que no podrán ejercer los contratos de compra de energía que habían firmado con los parques paralizados.
Sin duda, una de las tareas más importantes que marcarán el futuro del sector es gestionar el despliegue en el territorio de los nuevos parques eólicos en un contexto de desinformación y oposición minoritaria, pero con mucha exposición mediática. Hay que trabajar en pro de la información veraz, el respeto, la sensibilidad y con anticipación, enfocándose a la buena convivencia de la eólica con la sociedad y el medioambiente. La aceptación social de los proyectos se ha de trabajar con rigor, establecer diálogos sin dejar a nadie atrás y aprender de las buenas prácticas.
Adicionalmente, la coexistencia del viento con otras tecnologías como el Hidrógeno y la hibridación de tecnologías es el futuro y para ello, disponer de una base eólica es esencial. De igual modo, el sector debe avanzar la mejor manera de desplegar el almacenamiento en nuestros sistemas y ser capaz de proponer esquemas sostenibles basados en criterios de eficiencia para el sistema y los consumidores.
Y no debemos olvidarnos del futuro desarrollo de la eólica marina flotante en nuestras costas. Estamos creando un nuevo sector tecnológico que será disruptivo a nivel global. El Real Decreto de eólica marina aprobado recientemente es un gran hito, pero tenemos que seguir avanzando en los siguientes pasos regulatorios para poder disponer de la primera subasta en 2025, así como un calendario orientativo para los siguientes años.
Debemos trabajar y avanzar de forma colaborativa entre el sector eólico, las instituciones y los entornos. Y siempre poniendo el foco en la aceptación social de los proyectos y en convivencia de la eólica con las actividades en los distintos entornos. La eólica es una solución de futuro para el progreso social, económico y ambiental de nuestro país, y es responsabilidad de todos ayudar a conseguirlo.
Centro de datos, ¿el mesías del sector renovable?
Por José María González Moya, Director General de APPA Renovables
Las energías renovables contamos ya con una hoja de ruta hasta final de la década. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece un ambicioso objetivo para el sector energético español, centrado en la electrificación de la economía. Se prevé un aumento del 34 % en el consumo eléctrico de aquí a 2030, fundamental para integrar la nueva capacidad renovable en un sistema más electrificado y descarbonizado. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿qué ocurrirá si este aumento de demanda no se cumple? Si no se materializa, las nuevas instalaciones renovables podrían enfrentar graves dificultades para rentabilizar sus inversiones.
El sector de las energías renovables ha sido clave en la transición energética, ayudando a reducir emisiones de gases de efecto invernadero y a impulsar la economía española. En 2022, las renovables representaron más del 1,6 % del PIB y emplearon a más de 130.000 trabajadores. Tecnologías como la solar fotovoltaica y la eólica han crecido rápidamente en los últimos años, y el PNIEC proyecta que este ritmo continuará. Para 2030, España aspira a una generación eléctrica casi totalmente renovable (81 %). Esto será posible solo si la demanda de electricidad crece en línea con la capacidad instalada.
Factores clave
Tres factores son clave para impulsar este aumento en el consumo eléctrico: la electrificación de la industria, la expansión del vehículo eléctrico y el papel emergente de los centros de datos, considerados por muchos como el «mesías» del sector renovable.
La descarbonización de los procesos industriales es esencial para alcanzar los objetivos climáticos. La sustitución de combustibles fósiles por electricidad renovable en fábricas, acerías y otras instalaciones industriales reducirá las emisiones de CO₂, y se espera que la gran industria aumente su consumo eléctrico en los próximos años. Sin embargo, este proceso no es automático y depende de la disponibilidad de suministro eléctrico renovable y de que sea económicamente viable para las empresas. Por lo tanto, la velocidad de electrificación de la industria es incierta, y su impacto en la demanda eléctrica está por ver.
El segundo factor clave es la expansión del vehículo eléctrico. La movilidad eléctrica es vista como un pilar para el aumento de la demanda de energía. El PNIEC establece un objetivo ambicioso: pasar de los 466.000 vehículos eléctricos actuales, según AEDIVE, a 5,5 millones en 2030. Para ponerlo en contexto, en España se comercializan menos de un millón de vehículos (eléctricos, híbridos y de combustión) anualmente. Alcanzar el objetivo del Plan implicaría que el 83 % de todos los vehículos vendidos hasta 2030 sean eléctricos, cuando actualmente solo representan el 12 %. Este objetivo parece poco realista dado el ritmo actual de adopción.
Un tercer factor, menos discutido pero cada vez más relevante, es el papel de los centros de datos. Con el auge de la digitalización y el crecimiento de los servicios en la nube, los centros de datos están emergiendo como grandes consumidores de energía a nivel mundial. Estas instalaciones, que operan las 24 horas, requieren grandes cantidades de electricidad, lo que las convierte en aliadas naturales de las energías renovables en países como España, donde la oferta de energía verde es abundante y competitiva en costos. Las grandes empresas tecnológicas están viendo en España una oportunidad de negocio, tanto por su ubicación geográfica como por la disponibilidad de energías renovables.
Se espera que los centros de datos puedan absorber una parte significativa de la nueva producción renovable, ayudando a equilibrar el sistema eléctrico en momentos de alta producción solar o eólica. Sin embargo, la esperanza de que los centros de datos sostengan el crecimiento de la demanda eléctrica tiene sus limitaciones. Aunque su contribución podría ser importante, aún está por ver si será suficiente para absorber el excedente de generación renovable que se prevé con la expansión de la capacidad solar fotovoltaica, cifrada en 76 GW para 2030, incluyendo el autoconsumo.
Actualmente, el mercado eléctrico español enfrenta un fenómeno preocupante: la proliferación de horas con precios de electricidad extremadamente bajos o incluso negativos. Esto se debe, en gran parte, a la producción masiva de energía solar durante las horas de mayor radiación, cuando la demanda es relativamente baja. También puede ocurrir en momentos de alta generación eólica o, como sucedió en abril de este año, debido a una generación hidráulica elevada por un año especialmente húmedo.
Se prevé que, en 2024, aproximadamente el 10 % de las horas en el mercado mayorista tendrán precios nulos o negativos, una cifra que podría aumentar si no se toman medidas para equilibrar oferta y demanda. Esto plantea un reto importante para los promotores de proyectos renovables, ya que las plantas solares y eólicas podrían generar electricidad que no se pueda inyectar en la red o que se venda a precios inferiores a sus costos de producción. Esto afectaría directamente a la viabilidad económica de estos proyectos. Aunque los centros de datos y otros grandes consumidores de electricidad podrían ayudar a mitigar este problema, su impacto dependerá de su capacidad para crecer al ritmo necesario y absorber el exceso de oferta que el sistema comenzará a experimentar.
El sector renovable se enfrenta a una encrucijada. Por un lado, la energía solar fotovoltaica ha reducido sus costos notablemente, y sigue siendo esencial para alcanzar los objetivos del PNIEC. Pero, por otro lado, el desequilibrio entre la oferta y la demanda de electricidad durante ciertas horas está generando inestabilidad en los precios. Si la demanda eléctrica no crece según lo proyectado, los proyectos renovables podrían encontrar dificultades para generar ingresos suficientes, lo que podría desalentar nuevas inversiones en el sector.
Este problema no solo afecta a las empresas de generación, sino también a todo el sistema eléctrico. Si no se desarrolla una demanda suficiente, las energías renovables pueden llegar a producir una oferta excesiva que no encuentre comprador, o lo haga a precios insuficientes, lo que pondría en riesgo la estabilidad financiera de las empresas del sector y, en última instancia, la seguridad del suministro eléctrico futuro.
Como hemos visto, la hoja de ruta del sector renovable en los próximos años depende de la capacidad del país para generar un crecimiento sostenido de la demanda eléctrica. La electrificación de la industria, el desarrollo del vehículo eléctrico y la expansión de los centros de datos son los pilares sobre los que se basa el PNIEC para sostener la capacidad renovable. Sin embargo, ya hemos visto que la electrificación industrial será lenta y que las metas para la movilidad eléctrica parecen excesivamente ambiciosas. Para tener un sistema renovable equilibrado y rentable, es crucial impulsar medidas específicas y efectivas que fomenten el crecimiento de la demanda eléctrica.