O cuidamos del café, o nos despedimos de él
María José Camacho | 28 de febrero de 2019
Según un estudio realizado por el Real Jardín Botánico de Kew, publicado en Science Advances, de las 124 especies silvestres conocidas de café, 75 están en peligro de extinción.
El café es un bien escaso y está en peligro de extinción. Es decir, un 60 % de las especies corren el riesgo de desaparecer en las próximas décadas a causa del cambio climático. Cifra que aumentaría en 10 % si se le sumaran todas aquellas plantas de café de las que, hasta el momento, no se han hallado datos precisos.
Esta amenaza ha afectado directamente la producción del café. Ricardo Oteros, director general de Supracafé, explica que las especies de real interés comercial son dos: la Arábica y la Robusta. Sin embargo, la primera es la más consumida, de mayor extensión y de mejor calidad y la que, en la actualidad, corre el riesgo de desaparecer.
No hay duda que el verdadero problema al que está enfrentado este mercado de producción es el cambio climático. “Las actuales variedades de café ya no pueden sembrarse en determinadas zonas donde han aumentado las temperaturas. Los cultivos se desplazan a zonas más altas, pero no hay disponibilidad suficiente. Si no hay cambios o adaptaciones de las variedades o se mitiga el cambio climático, se estima que habrá serios problemas para el suministro en el 2050”, señala Oteros.
Mecanismos de prevención
La existencia de solo tres especies de café y el peligro que corren, pone en alerta a científicos, caficultores y a empresarios de la industria. Aaron Davis, principal autor del estudio, recomienda poner atención a las especies silvestres, ya que podrán ser determinantes para la sostenibilidad a largo plazo del producto. Explica que su genética semejante a las especies comerciales, podría aportar mejoras en resistencia, aroma y rendimiento mediante las modernas técnicas agronómicas.
Como empresario, Oteros lleva más de diez años trabajando con fincas propias en la conservación de variedades y cultivos de sombra sostenibles a 1.800 metros, para que Supracafé sea sostenible en el tiempo. “Cuidar la materia prima es para nosotros primordial y hay que hacerlo de manera completamente sostenible”, recalcó.
Asimismo, uno de los proyectos de innovación en el que es partícipe, es la constitución de Tecnicafe, primer parque tecnológico de café del mundo, en el que pretenden contribuir de manera efectiva a la solución de los retos actuales de la caficultura y, especialmente, en los derivados del cambio climático.
“Hoy, más del 70 % de la producción mundial de café es realizada por 25 millones de pequeños caficultores en países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Los desafíos a los que se enfrentan son enormes. Cuidamos y ayudamos en la preservación de las especies, o pondremos en peligro nuestro consumo futuro de café”, reflexiona Oteros. La sostenibilidad del modelo depende de los pasos que el sector lleve a cabo en los próximos años.