Uzbekistán eterno: globalización en la Ruta de la Seda (y III)
Fermando Novo Lens | 3 de marzo de 2021
Y a 450 kilómetros al oeste de Bukhara llegaremos a Khiva, ciudad de 90.000 habitantes. Según la leyenda, la ciudad fue fundada hace 2.500 años y su nombre significa “Oasis en el desierto”. Ello es debido a que, según una leyenda, Sem, el hijo de Noé, iba al frente de su tribu desde hacía semanas por las arenas negras del desierto de Karkum y se dirigía hacia las llanuras estériles y pedregosas del desierto de Kizilkum, situado en el corazón de Asia Central.
Una tarde, al caer el sol, acampó a un día de camino de un río próximo, el río Oxus (actual Amu Daria). Aquella noche, en sueños, vio una miríada de luces como si un numeroso ejército avanzara en la oscuridad a través de las dunas del desierto portando cada soldado una antorcha encendida. Turbado por el sueño, y en medio de fríos sudores, Sem despertó a sus hombres y les ordenó amontonar arena hasta levantar un montículo que diera la sensación de una fortaleza. En un momento dado, sus hombres dieron muestras de cansancio y de sed, así que decidieron excavar un pozo en las proximidades para obtener agua fresca con la que calmar su sed y así, continuar con su labor. Del pozo comenzó a manar un agua de increíble dulzura. Los hombres, sorprendidos por su sabor, exclamaron: “Khei-vakh, Khei-vakh”, mientras iban pasando de mano en mano los odres llenos de este delicioso manjar. Esta expresión significaba: “Que agua tan maravillosa tiene este pozo”. Y de ahí se llegó al nombre actual de la ciudad.
En el centro histórico de la ciudad, es famoso su barrio amurallado, Ichan-Kala (o Ichon-Qal’a, “Ciudad interior”), ya que fue el primer lugar de Uzbekistán en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (1990). Ichan-Kala es la ciudadela del antiguo oasis de Khiva, última etapa de las caravanas antes de comenzar la travesía del desierto con rumbo a Irán. Se empezó a construir en 1598. La muralla, construida con ladrillos de adobe, tiene 2,2 kilómetros, con una torre de defensa cada 30 metros, una altura de entre 8 y 10 metros y un grosor de muralla de 5-6 metros. Bien conservada cuenta con cuatro puertas fortificadas.
Ichan-Kala (cortesía del Ministerio de Turismo de Uzbekistán)
La Ciudadela Kunya-Ark, es una ciudad dentro del barrio de Ichan-Kala. Era donde residía el gobernante y su personal de servicio (sistema administrativo, tropas, etc). Su construcción data de 1686. Con unas dimensiones de 600 metros de longitud por 400 metros de ancho, fue reconstruida después de ser destruida por los persas y posee cuatro torrecillas.
La ciudad exterior de Khiva, llamada Dishan Kala, tenía una muralla de 6,2 kilómetros, con 8 metros de altura y 6 metros de espesor. Data del siglo XIX y tuvo 10 puertas de entrada en el momento de su construcción: Khazarasp (conocida también como Kuydavaza) (Noreste), Pishkanik (o Kumyaska) (este), Angarik (oeste), Shikhla (sur), Tazabagh (suroeste), Shakhimardan (oeste), Dashyak (noroeste), Gadaylar (norte), Kushadarvaza (norte) y Gandimyan (norte). Actualmente, todo lo que queda de la muralla son tres puertas: Khazarasp, Kushdarvaza y Gandimyan.
Madrasa y Minarete Islam-Hodja. Siglo XX. Con 10 metros de diámetro en su base, a través de sus 174 escalones subiremos hasta los 57 metros de altura. Está recubierta de azulejos azules y verdes dispuestos en forma de anillos.
Minarete truncado «KALTA MINOR». Se inició a comienzos de 1851. Al fallecer el Khan Mohammed Amin en 1855, no se terminó de construir. Tiene 28 metros de altura y 15 metros de diámetro de la base. Es el símbolo de Khiva.
Minarete Kalta Minor (cortesía del Ministerio de Turismo de Uzbekistán)
Mezquita JUMA (o Djuma, “viernes”). Construida en el siglo X y reconstruida en el s. XVIII (1788-1789). Es un edificio de 55 x 46 metros. Es famoso por sus 212 columnas de madera labrada de 4-5 metros de altura talladas a lo largo de 7 siglos. Unos muros de ladrillo rodean y protegen todo el edificio.
Complejo de Pahlavan-Mahmoud. Consta de:
– Tumba y mausoleo (1701) de Pahlavan-Mahmoud, que fue un luchador, poeta y peletero.
– Mezquita
– Madrasa
– 4 locales para beneficencia.
Una de las ciudades que, por proximidad a Samarcanda (85 kilómetros), no podemos dejar de visitar es Shahrisabz (Shahr-e Sabz, “ciudad verde”), el lugar de nacimiento de Amir Temur (Tamerlán).
Su centro histórico cuenta con tales edificios monumentales y una serie de barrios antiguos que son testigos de su historia secular, y más concretamente del periodo de su apogeo bajo el reinado de Amir Temur y los timúridas (siglos XV y XVI), que fue nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad UNESCO (2000).
La Mezquita Kok Gumbaz (“Cúpula Azul”), construida en 1437 se ha convertido en el principal reclamo turístico de Shahrisabz.
Las Ruinas de Ak-Sarai (“Palacio Blanco”), el gran palacio real. Construido en 1380 o 1390. Puerta de 50 metros de ancho y 70 metros de altura. Es lo único que se ha preservado de un palacio de 300 metros de largo y que tenía 1.000 habitaciones. Hoy es un parque, pero nos da una ligera idea de la magnificencia de la construcción de Tamerlán.
Como decimos, en esta población, el 9 de abril de 1336 nació Amir Temur (Tamerlán) que gobernó entre 1370 y 1405 (murió el 19 de febrero de 1405, con 71 años). En uno de los magníficos edificios de Shakhrisabz se ha conservado una de las expresiones de Amir Temur “Si dudas de nuestra grandeza, mira nuestros edificios”.
Hay otras poblaciones que, teniendo tiempo, merece la pena visitar y que darán al viajero una idea más amplia de la variedad de maravillas que hay en este país.
Poblaciones como Boysun, con 27.000 habitantes y a 140 kilómetros al norte de Termez. En 2001 la UNESCO incluyó la región de Boysun en la lista de 19 espacios culturales que llevan el título de la “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.
Termez. En esta ciudad se han concentrado diferentes monumentos históricos y arquitectónicos de varias épocas desde los tiempos del reino Kushana (siglo I a.C.): la ciudad Dalverzintepe, que se considera la construcción budista más antigua en el territorio de Uzbekistán, el complejo Karatepa y la estupa budista Zurmala. O el mausoleo de Hakim-at-Termezi, que se ha convertido en el lugar de veneración de los musulmanes de todo el mundo.
Complejo Sultán Saodat (cortesía del Ministerio de Turismo de Uzbekistán)
Nukus. Este oasis verde está rodeado por tres desiertos: Karakum (arenas negras), Kizilkum (arenas rojas) y un desierto pedregoso como es la meseta Usturt. Para ir a visitar el mar de Aral, desde Nukus podremos desplazarnos a Moymak (Mo’ynoq), que es la población más cercana con alojamientos.
Rishtan es la ciudad de la cerámica. Posee unos de los más importantes y antiguos centros de cerámica en Asia Central.
Ferganá es la capital de la morera (que produce la seda). En el Valle de Ferganá se cultivan algodón, arroz, verduras y morera.
Marguilán (Marg’ilon). Tiene más de 2000 años de historia, siendo una de las ciudades más antiguas del Valle de Ferganá (el Viejo Marguilán) por la que pasó la Gran Ruta de la Seda
Famosa por la producción de sedas preciosas. Aquí se encuentra la fábrica de seda «Yodgorlik (Recuerdo)», que tiene fama en todo el mundo por el khan-atlas hecho a mano.
Es la mejor y una de las más grandes fábricas de Uzbekistán que producen sedas hechas a mano. Se construyó en 1972 y fabrica tejidos según la tecnología tradicional, es decir, de forma manual. Aquí el visitante puede contemplar el proceso completo de fabricación de telas de seda empezando por el proceso de procesamiento de capullos de seda y terminando por fabricación de tela acabada.
Uzbekistán es poseedora no solo de maravillas en cuanto a edificaciones, sino también las relacionadas con la naturaleza; por ejemplo, la zona de Tien-Shan occidental está en la lista de la UNESCO, ya que se trata de una región con gran diversidad de paisajes que albergan una biodiversidad excepcionalmente rica.
Hay también dos parques nacionales, el Parque Nacional Zaamin y el Parque Nacional Ugam-Chatkal, además de doce reservas de vida salvaje como son Dengizkul, Oktau, Kara-Kir, Arnasay, Saygachiy, Sudochye, Mubarek, Karnabchul, Koshrabat, Nurabad, Kumsultan y Khadicha. Estos territorios suponen la protección del 5 % del área total del país y si bien, algunas reservas son difíciles de visitar, los parques nacionales encantarán al visitante.
Cuenta una leyenda popular que cuando Dios comenzó a repartir las tierras entre los pueblos del mundo, el amable y cortés pueblo uzbeko dejó pasar delante a todos los pueblos que tenía detrás de él y se acercó al Todopoderoso al final. Dios preguntó a los uzbekos: “¿Por qué os acercasteis tan tarde? ¡No tengo más tierra! «. Y el pueblo uzbeko respondió al Todopoderoso que cedió el paso a todos los que querían seguir adelante. Entonces el Todopoderoso les dio a los uzbekos la tierra más hermosa y dijo: “Os doy mi tierra. Esta tierra es el paraíso «. ¡Y ese paraíso era… Uzbekistán!
Uzbekistán hay que recorrerla, conocerla, sentirla y compartirla. Tal es la belleza de estas ciudades, la variedad de paisajes, las ricas manifestaciones artísticas y culturales y la amabilidad y hospitalidad de sus gentes, que la visita a este crisol de culturas que es Uzbekistán bien podría ser uno de los deseos a realizar, en cuanto sea posible, en este año 2021.