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La llegada de los fondos de recuperación europea se concentrará entre 2021 y 2023, ¿no llegan tarde? 

Lo importante no es que lleguen pronto o algo tarde, lo importante es que sepamos aprovecharlos para cumplir dos objetivos: a corto plazo, iniciar la recuperación; y a medio plazo, conseguir con esos fondos una mayor resiliencia de nuestro sistema económico y social.

En todo caso, era necesario un tiempo para pensar y planificar las prioridades de los destinos de estos fondos, y, honestamente, el tiempo utilizado no podría ser mucho menor del que las administraciones han necesitado para ello.

Estamos hablando de un gran volumen de fondos, pero estamos hablando de reformas que deben servir para lo coyuntural y, a su vez, para lo estructural. Esto no se planifica en unos días, sobre todo si se quiere sacar provecho a la inversión y gasto que se va a realizar.

¿Cuáles son los proyectos que debería presentar nuestro país?

España ha presentado un Plan, España Puede, en el que se trazan las líneas maestras sobre las que se van a desplegar las reformas, medidas y proyectos para hacerlas viables, y para que consigan los resultados deseados.

En el caso de España, se busca abordar una transformación casi integral, de políticas o de sectores de actividad, acompañada de algunas líneas rojas que aseguren aspectos transversales como la cohesión social y territorial, la igualdad o la sostenibilidad medioambiental.

El Plan España Puede, contempla, a través de 10 políticas palanca, los principales sectores de actividad, y también las principales políticas y servicios públicos, además, incide en aquellos elementos transversales que son habilitadores de la transformación, como son las infraestructuras, la I+D+i o el talento.

Lo que hay que esperar ahora, es que los proyectos concretos supongan una verdadera transformación de nuestro país, y eso supone atreverse con grandes proyectos con visión de reforma, en los que participen todos aquellos agentes públicos y privados que mejor puedan acometerlas.

¿Cuáles son los argumentos para acreditar su impacto en la reactivación de la economía?

Creo que uno muy relevante, es que los fondos traen esperanza y confianza a los ciudadanos, empresas y AAPP, este elemento es importante para que los inversores se animen, para que las empresas piensen en contratar más gente, o para que las AAPP encuentren recursos para poder empujar la recuperación.

Por otro lado, gran parte de estos fondos se van a convertir en ayudas y subvenciones a empresas, pymes, autónomos, y resto de agentes, licitaciones públicas, convenios de colaboración entre AAPP, etc…, en definitiva, en actividad económica, y ya sabemos que ello lleva a generar empleos y riqueza en nuestro país.
Además, estos fondos deberán servir para mejorar la cobertura social de las personas y esto, necesariamente, debería influir en mejorar el consumo de las familias.

En todo caso, los fondos deben ser un acicate para reactivar parte de la economía y, si los usamos bien, para lograr un sistema socioeconómico más sostenible.

¿En qué nicho empresarial se ha de priorizar para que la buscada reactivación económica sea un éxito? ¿Por qué?

Esta pregunta siempre es complicada, porque elegir un nicho puede interpretarse como que dejamos a otros fuera, y en estos momentos es importante que no dejemos a nadie detrás.

Más allá de nichos, lo que hay que hacer, es usar los fondos para que las empresas puedan, no solo recuperar su actividad, sino salir más reforzados de esto. Es decir, los fondos deben servir para ambos fines, y tiene que tener un trasfondo de “inversión”.

En todo caso, sin ser muy original, sectores como el medioambiental, el tecnológico y digital, o el de los cuidados de las personas, en sentido amplio, parecen sectores prioritarios, por el recorrido de oportunidad que van a tener en el futuro. 

¿Cuáles son las principales reformas que ha de acometer el sector productivo de nuestro país con la ayuda de los fondos de recuperación?

Esto hay que verlo en dos prismas, el de las grandes empresas y el de las pymes y micro pymes.

En el caso de las pequeñas y muy pequeñas, la digitalización y el acceso a financiación creo que serían las dos prioridades fundamentales. La primera te permite pensar en ser más grandes, porque la digitalización, hoy en día, te permite escalar el negocio; y la segunda, te permite poder plantearse y sufragar parte de las medidas a tomar para ese crecimiento. 

En las grandes las cosas son distintas, porque depende de cada sector, ya que cada uno tiene sus peculiaridades y su grado de madurez y potencial de futuro, y hay casos en los que la reconversión es casi la única salida.

La digitalización también es un vector de crecimiento, como en las pymes, pero aquí las grandes empresas, tiene que abordar transformaciones a gran escala, frente a una pyme, en las que digitalización puede ir haciéndose por ámbitos funcionales de la empresa.

Los ejes establecidos por el gobierno son: transición ecológica, digitalización, igualdad de género y cohesión social y territorial, ¿qué tipo de empresas van a poder acceder a beneficiarse de estos fondos?

Creo que va a haber espacio para todas aquellas que tengan buenas ideas y proyectos alineados con las prioridades de los planes de recuperación. Esto aplica para todos los tamaños de empresas, porque debería haber ayudas para las pymes y grandes, y porque unas y otras podrán participar en licitaciones o en proyectos que promuevan directamente las AAPP.

En el caso de la pyme, hay una referencia muy clara en el Plan España Puede, porque suponen la mayor parte de nuestro tejido, pero también porque son las que más apoyo necesitan, porque tienen menos capacidades o activos internos para su recuperación.