David Santiago, CEO de TERA Batteries Recycling

¿Qué estrategias utiliza TERA para mantenerse competitiva en un mercado en constante cambio?

Tera Batteries desarrolla su actividad en una actividad incipiente y un entorno altamente disruptivo donde se trabaja por un posicionamiento a futuro en el mercado, ya que la proyección de la rentabilidad se plantea en un medio plazo. Para ello debemos ser conocedores de un modo constante de la situación de mercado y de las inversiones que tanto fabricantes de baterías como de automóviles llevan a cabo, la evolución de los modelos electrificados, así como los desarrollos de nuevos materiales y evoluciones de las baterías actuales. Estos aspectos son vitales para saber en qué tendremos que trabajar en los próximos años.

Estar en contacto con el entorno es sumamente importante, como, por ejemplo, formar parte de las principales asociaciones empresariales y sectoriales, que fue uno de nuestros primeros puntos de partida, porque como decíamos anteriormente, la estrategia que se lleva a cabo en la actualidad nos servirá para definir nuestra posición en el futuro.

Por otro lado, la captación de talento es muy importante y es algo en lo que trabajamos desde el inicio del proyecto. Así mismo, las alianzas empresariales son algo que también van a definir el devenir de la actividad, constituyendo uno de los puntos clave de nuestra estrategia. Vamos a ser muchos actores trabajando en la captación de una materia prima única como es la batería de coche eléctrico.

En términos de investigación y desarrollo, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrenta TERA actualmente?

El primer desafío es el relacionado con la implantación de la planta piloto automatizada de desmantelamiento y caracterización de baterías. Este es nuestro proyecto estrella que ha sido reconocido como estratégico de territorio en la Comunidad Valenciana por el área de Industria de la Generalitat. Es una iniciativa con menor competencia a nivel nacional y con un gran potencial. Llevamos trabajando muchos años en la tecnificación del proceso de desensamblado automatizado que se complica con la incorporación de los diversos modelos de baterías existentes en el mercado. Sin embargo, la falta de producto en el mercado actual dificulta y retrasa dicha automatización por, entre otras cosas, la ralentización en la amortización de los procesos e inversiones, algo por otro lado normal en transiciones abruptas en cualquier sector. Y es que, la situación que estamos viviendo en la transformación del modelo automovilístico es algo nunca vivido en esta industria, convirtiéndose en un reto para cualquier empresa que trabaje en el sector, tenga el tamaño que tenga.

El segundo desafío es el relacionado con el desarrollo y los usos de los prototipos de unidades de almacenamiento energético externo de segunda vida. Esta actividad se desarrolla en un segmento donde hay más competencia, con más experiencia y mayor tamaño. Nosotros hemos elegido llevar a cabo una actividad de nicho donde la competencia es más baja, por lo que nuestro trabajo se centrará en aterrizar nuestros prototipos a un entorno de mercado y comercialmente viable.

Concretamente ¿Cómo maneja TERA los desafíos relacionados con el ciclo de vida y la eficiencia energética de las baterías que recicla?

El proceso de reciclado que se lleva a cabo en TERA es de segunda vida porque encaja mejor con nuestra visión de la economía circular y porque es hacia dónde va enfocada nuestra tecnología. Aspectos como el ciclo de vida y la eficiencia energética, así como el uso de materiales reciclables y el peso de la batería, que son aspectos íntimamente relacionados con la autonomía de la misma, son variables clave en la que trabaja la industria y que por consiguiente nos afectan directamente.

Hay que tener en cuenta que TERA no solo se dedica al reciclado de segunda vida, sino también a la reparación y a dar un servicio a los más de 40.000 talleres existentes en el territorio nacional. Además, podemos emitir certificados del estado de salud de la batería para la comercialización de la misma que pueda ser apta para volver a ser introducida en el sector automovilístico. Así mismo, también participamos en múltiples proyectos de I+D relacionados con otros procedimientos alternativos del reciclaje, más allá de los ya conocidos piro e hidrometalúrgicos. Somos conocedores de los retos a los que se enfrenta la industria y tenemos que afrontarlos con una gran capacidad de adaptación y flexibilidad ante la avalancha de mejoras tecnológicas que están por venir.

¿Qué cambios legislativos considera necesarios para apoyar mejor el reciclaje y la reutilización de baterías en Europa?

El pasado 12 de julio fue aprobado en Europa un nuevo reglamento relativo a las pilas y baterías y sus residuos, el Reglamento 23/1542 que modifica la Directiva 2008/98/CE y el Reglamento (UE) 2019/1020 y que deroga la Directiva 2006/66/EC, por la cual se tratan aspectos fundamentales en torno a los requisitos de diseño, información y trazabilidad, fin de vida de las baterías y procedimientos de verificación y due diligence de los mismos.

Esta regulación trata de unificar, clarificar y resolver algunos de los puntos más importantes que se han venido planteando desde hace unos años en torno a la reducción de gases de efecto invernadero y convergencia de criterios en torno a la batería y su ciclo de vida, en todos y cada uno de los países de la UE. Algún ejemplo de aplicación, entre muchos otros, es la necesidad de introducir el pasaporte digital de la batería a partir de 2027, lo cual facilitará la trazabilidad de la batería desde su construcción hasta su reciclado completo y asegurará la transición a una economía circular.

Lo que se debata y apruebe en Europa acabará siendo de obligación en España como suele pasar en ámbitos y sectores donde existen varias velocidades en Europa. Este es el caso de la batería de vehículo eléctrico.
Desde nuestro punto de vista hay que implantar procedimientos claros acerca de la responsabilidad en la vida de la batería y la obligatoriedad a la hora de que una batería acabe donde tiene que acabar. La trazabilidad de esta es fundamental, así como introducir una obligatoriedad en el porcentaje de materiales recuperados. Definir las responsabilidades pertinentes de todos los actores involucrados es uno de los principales desafíos en el sector.

Ello nos ayudará a posicionar mejor nuestro trabajo en el mercado y que nos identifiquen correctamente a la hora de afrontar una etapa fundamental en la batería como es el reciclado de segunda vida y/o reciclado final para recuperación de materiales y reintroducción de los mismos en el sector productivo.

¿Cómo ven desde TERA el futuro del mercado de baterías para vehículos eléctricos en los próximos 5 a 10 años?

Son muchos los factores que nos hacen ser optimistas, como las inversiones del sector automóvil hacia la electrificación y una regulación que será cada vez más estricta; el exponencial incremento en las ventas de vehículo electrificado que se producirá en próximos años y que ya se está empezando a ver; el rápido avance tecnológico que existe en el desarrollo de nuevas baterías, etc… Además, contamos con tecnología propia y con soluciones para afrontar la masiva llegada de baterías en el fin de su vida, así como con el respaldo del sector público en el desarrollo de actividades clave en el territorio y que darán servicio a todo el ámbito nacional y, ¿por qué no?, internacional.

La necesidad ya está en el mercado si hablamos de reparación de baterías, estando de un modo cada vez más importante si hablamos de reciclado y segunda vida.

Según los diferentes estudios con los que contamos, llegaremos a 2030 con una cuota del 39% de ventas anuales de vehículos eléctricos sobre unas ventas de 1,2 millones de vehículos. Esto irá sumando progresivamente baterías al mercado con necesidad de ser tratadas. Además, actualmente el número de vehículos eléctricos puros no llega a 400.000 unidades y el parque electrificado supera mínimamente el millón de unidades, pero esta cantidad irá aumentando progresivamente año a año y ahí es donde TERA quiere estar para dar una solución que será demandada por el mercado.

Ahora es momento de aprender, afrontar el presente con nuestro Centro Tecnológico de Reparación de Baterías y continuar impulsando nuestra planta piloto de reciclado de segunda vida, captar talento e invertir en I+D para optimizar nuestra actividad y ser capaces de redimensionar nuestro trabajo cuando el mercado lo requiera.