Aner Garmendia

EGA Master es una empresa familiar con sede en Vitoria cuyos orígenes se remontan a 1976. Fabrica herramientas premium para las industrias más avanzadas, ofreciendo una solución integral completa que mediante la innovación continua ayuda a mejorar la seguridad y la eficiencia en las empresas. Los productos y soluciones de EGA Master se emplean en las industrias más exigentes como aeroespacial, militar, automoción, ferroviaria, energía, petróleo y gas o minería. Entre los usuarios de herramienta de EGA Master destacan empresas o instituciones como Exxon Mobil, Shell, Airbus, Naciones Unidas, la OTAN, Coca Cola, Audi, Volkswagen, Nissan-Renault, Mercedes-Benz, Siemens o Philips.

¿Qué le aporta el Club de Exportadores?
El Club de Exportadores es un magnífico interlocutor ante las instituciones nacionales e internacionales, tanto para defender nuestros intereses como para generar conocimiento válido para la competitividad y gestión de las empresas. Supone además un fenomenal marco de colaboración entre empresas muy diversas pero todas ellas punteras en sus respectivos sectores; se trata sin duda de un entorno ideal para compartir experiencias.

¿Qué productos o servicios exporta a otros mercados?
La empresa nació con vocación internacional. Nuestra empresa exporta casi el 90 % de su producción a más de 150 países de los cinco continentes. EGA Master es, por lo tanto, la empresa industrial española que exporta a un mayor número de países, entre ellos algunos tan poco comunes como Mongolia, Congo, Turkmenistán, Brunei o Papúa.

¿Cuáles ha sido los mayores retos a lo largo de su trayectoria?
Habría que distinguir seguramente entre los retos coyunturales y los constantes. Entre los coyunturales, el más delicado fue la crisis global de 2008 que afectó con especial virulencia a nuestro sector. Por fortuna, nuestra gran diversificación de mercados y sectores nos permitió capear el temporal con relativa tranquilidad; de hecho, fuimos la única empresa de nuestro sector que no planteó un ERE ni redujo su nivel de empleo.
Pero, sin duda, los mayores retos son los continuos, aquellos que hay que afrontar sin pausa día tras día. La clave para la sostenibilidad competitiva de una empresa industrial es la diferenciación de su propuesta de valor. Sin una estrategia clara de diferenciación continua basada en la innovación, los productos o servicios inexorablemente se convierten en commodities.

¿De qué manera ha cambiado el mercado desde que se inició su andadura?
Por una parte, cuando nació la empresa la competencia era mucho menor y se localizaba casi exclusivamente en la UE y Estado Unidos. Hoy en día, el mercado se ha globalizado de tal manera que existen fabricantes de herramientas en Taiwán, China, México, Turquía, Brasil y tantos otros países que venden por todo el mundo. La competencia es feroz. La presión sobre los márgenes es brutal. La preponderancia del poder ha pasado de manos del fabricante a la del usuario/cliente, que dispone de un abanico de alternativas mucho mayor. Los plazos de entrega se han acortado hasta límites insospechados. La única forma de prosperar y perdurar es realmente la búsqueda constante de la diferenciación de la propuesta de valor y la mejora continua en todos los ámbitos de gestión.

Por otra, las oportunidades de negocio se han multiplicado de forma significativa, con potenciales proyectos importantes en prácticamente todos los países del mundo. Cuando comenzamos el mundo estaba dividido -generalizando un poco- entre países desarrollados y el tercer mundo, con todo el negocio en los desarrollados. Hoy en día el principal negocio está en los denominados emergentes.

¿Cómo valora su expansión con la apertura de distintas filiales?
Las filiales nos permiten estar más cerca de los clientes y de los grandes proyectos. Esa cercanía es fundamental para trabajar en los proyectos desde su propia génesis, lo cual incrementa de forma significativa las probabilidades de éxito. Contamos con filiales en Estados Unidos, México y Dubái, así como oficinas comerciales propias en Perú, Portugal, Italia, Francia y Australia.

¿Cómo son las relaciones con el mercado latinoamericano?
Hay países con economías relativamente abiertas y políticas macroeconómicas sensatas como Chile, México, Colombia o Perú, donde las oportunidades son enormes, con negocio recurrente y riesgos moderados. Hay otros con economías y circunstancias políticas más volátiles donde pueden existir oportunidades, pero donde los riesgos son altos o muy altos como Ecuador o Argentina. Y finalmente está Venezuela que se encuentra en una categoría única de deterioro económico sin precedentes.

En general lo que hemos encontrado en los países latinoamericanos es mucha presencia de marcas estadounidenses y escasísima presencia europea, salvo evidentemente de empresas españolas. Esto a nuestro criterio supone una oportunidad fantástica para el crecimiento de nuestras empresas.

¿Qué política de Estado en relación a exportaciones pediría al gobierno?
Debemos de reconocer que en el mundo actual las posibilidades que tienen los gobiernos de las naciones de fomentar las exportaciones y proteger los intereses de los exportadores son bastante limitadas. En ese sentido, creemos que la única forma efectiva que tienen los países europeos de poder defender esos intereses es haciendo causa común dentro de la UE: negociando acuerdos de libre comercio con distintos países y bloques, así como vigilando que no se usan triquiñuelas regulatorias para discriminar a productos o servicios europeos.

¿Cómo superar los incendios globales de la economía que se avecinan?
Son incendios sobre los que no tenemos ningún control ni influencia, por lo que lo que podemos hacer es estar preparados mejor que nuestros competidores. Ello implica a nuestro juicio cuatro elementos necesarios:  la diversificación de mercados y sectores, la diferenciación de la propuesta valor que permita defender márgenes, un balance sólido y poco apalancado, y sobre todo un equipo de personas comprometidas que trabajen en equipo.