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Miguel Morales Moya

Profesor de EAE Business School

Eolo y Helios los dioses de moda en la mesa del olimpo eléctrico, conversan estos días con Hefesto dios del fuego, Zeus espera que Hermes dios del comercio, los ponga de acuerdo.   

Julio, mes de rebajas por antonomasia, con el permiso de enero, está siendo escenario de un silencioso debate sobre el futuro de las reglas del juego en el mercado eléctrico europeo, hay quien quiere tenerlo cerrado para el final del verano.

Los objetivos enunciados son claros, proteger a los consumidores de la volatilidad de los precios, abaratar el precio de la energía y que los consumidores se beneficien de los bajos costes de las renovables, dar más certidumbre y más visibilidad a generadores y consumidores y acelerar la transición energética incentivando las renovables y reduciendo la dependencia del gas.

La cuestión es cómo conseguir los objetivos marcados, la comisión tiene la difícil tarea de establecer las reglas del juego que aúnen los intereses de consumidores, productores e inversores en el corto y el largo plazo. En el corto plazo estabilidad y contención de precios en el medio y largo plazo la orientación de los inversores hacia  la descarbonización, punto este último, en el que todos los europeos parecen estar de acuerdo.

La propuesta de la comisión trata, partiendo de la premisa de que el mercado marginalista diario actual hace su papel, de corregir, por un lado la volatilidad que genera alta tensión en los consumidores cuando los precios son altos y por otro los windfall profits de las tecnologías con menores costes marginales que son remunerados al precio de la que tiene un mayor coste marginal. En este sentido la comisión propone el desarrollo de mercados a plazo donde se contrate energía para un periodo largo de tiempo, uno o varios años.

Los mecanismos propuestos pasan por el establecimiento de contratos por diferencias donde pueda subastarse un precio prefijado para un periodo largo de tiempo y la contraparte, el estado, sufrague la diferencia con el mercado intradiario en el caso de que el precio al contado sea menor y reciba un pago por parte del generador si el precio de mercado sea mayor.  El estado se convierte en un amortiguador que da estabilidad al precio del sistema en el corto plazo. Desde el ámbito privado la reforma promulga la realización de contratos a largo plazo entre consumidores y productores PPA (power purchase agreement) también conocidos como OTC (over the counter). Todas estas medidas pretenden dar estabilidad a los precios que son recibidos por los consumidores finales y por otro lado garantizar a los inversores estabilidad en los ingresos de sus tecnologías permitíendoles afrontar nuevos proyectos con un mínimo de seguridad que les permita  reducir su prima de riesgo, aquí, la comisión propone añadir avales estatales.
Es decir, la comisión partiendo de la estructura actual, trata de corregir los vaivenes del mercado vividos los pasados años ante la subida de los precios del gas creando amortiguadores artificiales con contratos a plazo. ¿No sería mejor establecer un mercado base de subasta anual donde cada productor acudiera con oferta de disponibilidad (técnicamente probada) dejando el mercado diario/intradiario para regulación entre oferentes previamente comprometidos de una oferta previamente pactada con la demanda?, esto no excluye contratos OTC ni PPA, a mí, me queda la duda.

La clave del proyecto global de descarbonización se va perfilando con un impulso a las energías renovables que permitan, la deseable independencia energética europea, una reducción de emisiones de carbono y una disminución de costes de generación. Esto pasa por aumentar exponencialmente las capacidades de almacenamiento del sistema a diferentes niveles, incluso el doméstico, ¿no sería una fórmula subsidiar el almacenamiento como elemento que permita el desarrollo de un eslabón tan importante en la cadena de valor de la generación renovable? Quizás las tecnologías de almacenamiento no están maduras y hay que impulsar su desarrollo. Por el camino una red de distribución accesible y efectivamente europea permitiría una mayor estabilidad del sistema al combinar una mayor distribución de tecnologías no controlables e incluso diferentes usos horarios con sus correspondientes curvas de carga complementarias.

¿Veremos el desenlace a la vuelta del verano? Seguramente en un futuro podremos decir que hemos rebajado la factura un 70% respecto a algún día del año actual o del anterior, aunque qué bueno sería poder decir que la hemos rebajado para todos los días, esto último me parece un exceso de optimismo fuera de toda realidad, la energía es un bien escaso venga de donde venga y habrá que pagarlo. Parece que este gato, la reforma, está vivo y está muerto a la vez.