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Dorina Nicoara

Profesora de finanzas EAE Business School

Una criptomoneda es una forma digital de representar un valor o un derecho que puede ser transferido y almacenado electrónicamente utilizando una tecnología de registro descentralizado, donde los propios usuarios supervisan y validan las transacciones.

En el mercado de criptoactivos debe distinguirse entre criptomonedas (se utilizan como medio de pago o como depósito) y los tokens (que son una representación digital protegida criptográficamente de bienes físicos, derechos, otros bienes digitales). La diferencia principal entre las criptomonedas y los tokens radica en que las criptomonedas funcionan dentro de su propia estructura distribuida, mientras que los tokens operan en la red de un criptoactivo existente, aprovechando las estructuras ya establecidas. En otras palabras, las transacciones generadas por un token se registran en la red que lo respalda, mientras que las criptomonedas tienen su propio sistema independiente. A su vez, dentro de la categoría de criptomonedas existen criptomonedas sin valor garantizado, como Bitcoin y Ethereum, así como divisas estables que aseguran su valor al equipararlo con el dólar estadounidense, como Terra. Sin embargo, tanto en un caso como en otro, estas divisas son altamente volátiles y especulativas, experimentando grandes fluctuaciones en su valor, tanto al alza como a la baja.

Teniendo en cuenta que una alta volatilidad conlleva un alto riesgo, ¿por qué durante varios años ha sido atractivo invertir en este tipo de activo? La respuesta es simple: cada inversor busca obtener un rendimiento de su inversión. Sin embargo, en los últimos años, la rentabilidad de los activos tradicionales ha quedado estancada en niveles muy bajos. Al mismo tiempo, las políticas monetarias implementadas por los bancos centrales en los últimos años han generado un exceso significativo de liquidez. Como resultado, tanto los inversores particulares como los institucionales se han embarcado en una búsqueda para encontrar formas de rentabilizar sus fondos, y esto ha disparado las inversiones en el mercado de criptomonedas, especialmente entre el año 2018 y 2022. 

Pero a partir del año 2022 las criptomonedas han atravesado un período muy turbulento, las inversiones en criptoactivos ha disminuido de forma muy significativa (las inversiones en empresas cripto han sido de 21,6 mln en 2022, versus 0,5 mln en 2023). Entre las principales razones podemos destacar el colapso de la Terra y Luna, las consecuencias de la guerra de Ucrania, el colapso de la plataforma FTX entre otros. 

En primer lugar, la inflación, la guerra de Ucrania, y otros acontecimientos mundiales han contribuido a la caída de los mercados financieros tradicionales. Asimismo, la subida de los tipos de interés para contener la inflación actual ha sido una de las principales causas del desplome de Terra y Luna que registraron una caída de más de 95% a finales de 2022. Esto a su vez ha desencadenado la venta masiva de diferentes divisas, propiciando una caída generalizada en todo el sector de criptomonedas.

En segundo lugar, la quiebra de FTX y su disputa con Binance no solo ha desencadenado una gran venta masiva en el mercado, sino que también ha reducido la liquidez del mercado de criptomonedas. Binance, la plataforma de criptomonedas más grande del mundo anunció la compra de su competidor FTX, pero finalmente se retiró de la propuesta de adquisición, citando múltiples problemas financieros e investigaciones regulatorias de FTX. Esta noticia colapsó el mercado de criptomonedas y conllevó a que el precio de Bitcoin cayera al nivel más bajo en dos años, llegando a tocar los $16.604 en diciembre de 2022. 

Por último, a todo esto, se ha sumado la recién denuncia de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) contra la mayor empresa de criptomonedas del mundo Binance, que abarca acusaciones relacionadas con cuentas falsas o usar dinero de otros para operaciones propias.  

Según los expertos en criptomonedas, la situación actual es desafiante y se espera que el proceso de recuperación sea largo. La mayoría de las criptomonedas aún se encuentran significativamente por debajo de sus máximos históricos. Por ejemplo, los precios de Bitcoin y Ethereum en junio de 2023 están por debajo de 50% de su nivel máximo alcanzado en noviembre de 2021. 

Sin embargo, hasta el momento, el mercado de criptomonedas ha mostrado una respuesta positiva frente a las incertidumbres financieras a nivel global y ha logrado mantenerse resiliente a pesar de las condiciones crediticias más rigurosas y la volatilidad en el mercado de bonos. No obstante, dado que las criptomonedas no pueden funcionar de manera independiente, es necesario que todos los demás activos financieros sigan la misma tendencia para crear un entorno financiero equilibrado. Actualmente, el valor de las criptomonedas se ve afectado por los cambios en la oferta y la demanda, y al no existir una entidad reguladora, su valor depende completamente de la confianza que los inversores tengan en ellas. Algunos expertos consideran que es el momento de aprovechar la disminución de los precios para aumentar sus inversiones, mientras que otros buscan alternativas más seguras.

En resumen, aunque las criptomonedas son activos no regulados, no están exentas de las tendencias económicas globales. Es posible que estas turbulencias marquen el comienzo de una regulación global del mercado de criptomonedas. 

Europa es la que más ha avanzado en tal sentido. Recientemente han elaborado el Reglamento MiCA, un proyecto de ley propuesto por la Unión Europea para regular los mercados de criptoactivos en Europa. El principal objetivo es, por un lado, garantizar la protección del consumidor y otorgar una mayor garantía al sector financiero, y, por otro lado, fomentar la innovación y el desarrollo de la industria de criptoactivos que permita a las empresas aprovechar los beneficios de las finanzas digitales.