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Eduardo Esparza

VP General Manager de Affinion España

Un informe reciente de la empresa de software F5 Labs reveló que los dispositivos que emplean la tecnología conocida como Internet de las Cosas (IoT), es decir, objetos cotidianos conectados a la red que se comunican entre ellos, se habían convertido en el principal objetivo de los hackers a nivel mundial. Esto quiere decir que los ataques al Internet de las Cosas ya han superado a los dirigidos a los servidores web, aplicaciones e incluso bases de datos.

Pero este no es el dato más preocupante al que nos enfrentamos. Y es que, de acuerdo con dicho informe, España fue el país que más ataques sufrió a través del Internet de las Cosas en la primera mitad de 2018, hasta tal punto que nuestro país concentró el 80% del total de incidentes de este tipo en todo el mundo. Cabe destacar que estos ataques no estaban dirigidos exclusivamente a España, sino que eran globales. Sin embargo, nuestro país era más vulnerable a estas incidencias.

Es evidente, por tanto, que existe un problema global de ciberseguridad en el Internet de las Cosas y, si hablamos de España, esta crisis se acentúa. Teniendo en cuenta que para 2030 los expertos creen que habrán 500 mil millones de dispositivos conectados al Internet de las Cosas, y que las aplicaciones de esta tecnología son prácticamente infinitas, abarcando ámbitos tan dispares como la agricultura, el transporte, la logística, la domótica o la sanidad, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo protegernos de esta amenaza que puede estar presente en todos los aspectos de nuestra vida?

«El último informe realizado por Affinion desvela que el 77 % de encuestados no conoce ni cuenta con herramientas para reaccionar ante un ciberataque»

En primer lugar, a pesar de los datos existentes, no debemos ser alarmistas. Seguir recomendaciones como las propuestas por la Oficina de Seguridad del Internauta en materia de Internet de las Cosas puede ahorrarnos más de un dolor de cabeza. Sin  embargo, el último informe realizado por Affinion desvela que el 77 % de encuestados no conoce ni cuenta con herramientas para reaccionar ante un ciberataque. ¿Qué pueden hacer entonces estos internautas que no saben responder ni siquiera a un incidente de ciberseguridad clásico?

La respuesta está en las entidades bancarias y aseguradoras pues son cada vez más los consumidores que deciden acudir a ellas para proteger su identidad digital. Estas compañías deben adoptar estrategias proactivas en ciberseguridad lo cual, por una parte aportará tranquilidad a los clientes y, por otra, resultará en la creación de vínculos profundos con entre compañía y consumidor. Si estas empresas ofrecen servicios de protección online a sus clientes, estarán diferenciando sus productos y convirtiéndose en una parte esencial de la vida de estos, cada vez más preocupados por cuestiones de ciberseguridad, sobre todo ahora que con el Internet de las Cosas no solo está conectado nuestro smartphone a la red, sino también nuestro frigorífico, la puerta del garaje y hasta las persianas.

En Affinion lo sabemos muy bien. Llevamos años ayudando a los clientes de compañías líderes en los sectores de banca, telcos, seguros, travel y retail con soluciones de ciberseguridad y protección de identidad. Entre los beneficios que ofrecen a los clientes destacan herramientas como el rastreo en la red pública, deep y dark web o servicios de atención al cliente que humanizan esta solución encontrando a alguien al otro lado del teléfono para la orientación y resolución de incidencias.

No debemos olvidar que esta tecnología fue creada para hacernos la vida más fácil y que, si la empleamos con sentido común y confiamos en los expertos adecuados, no hay de qué preocuparse. Es cierto que el Internet de las Cosas permite a los ciberdelincuentes llevar a cabo ataques novedosos que nos pueden pillar desprevenidos, pero no podemos demonizar esta tecnología que puede ser tan beneficiosa, sino confiar en nuestros proveedores de confianza para prevenir y solucionar este tipo de incidentes.

Desde el punto de vista de las empresas, nos encontramos ante una clara oportunidad para diseñar proposiciones de valor relevantes para los clientes que den lugar a una excelente relación cliente-empresa. Los consumidores necesitan, hoy, más que nunca, el apoyo de profesionales del sector. No les dejemos solos.