Principales claves financieras para 2023
Se espera que el 2023 sea el año en el que se alcance la plena recuperación global y el final de la pandemia en Occidente, pendientes de la evolución de la misma en una China que abandona rápidamente las políticas de Covid Cero. Con esta expectativa y asumiendo que vivimos en una época dominada por la incertidumbre caracterizada por la sucesión de eventos impredecibles, Grupo Caminos, a través de su gestora Gestifonsa ha enumerado por orden de importancia cuales pueden ser las claves económicas que marcarán el nuevo año.
Evolución de la inflación
El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés por cuarta y última vez en 2022, hasta situarlos en el 2,50 %, anunciando que todavía quedan subidas adicionales durante la primera mitad del 2023 y que los tipos se mantendrán altos hasta que no se consiga normalizar la inflación en el entorno del 2 %. Además, a partir de marzo iniciará también un proceso de normalización de su balance retirando mensualmente 15.000 millones de euros de liquidez de mercado, cifra que irá aumentando progresivamente. Las políticas fiscales expansivas puestas en marcha por los distintos gobiernos de la Zona euro y más concretamente por Alemania pueden neutralizar parcialmente estas medidas del BCE, obligando a tomar decisiones de política monetarias aún más restrictivas.
Desaceleración en el crecimiento del PIB.
“La lucha contra la inflación nos lleva a una economía en desaceleración y la gran duda ya no es tanto si entramos o no en recesión, sino la profundidad y duración de esa recesión. La evolución del consumo y de los datos de empleo son los indicadores clave a vigilar durante los próximos meses. Por un lado, estamos viendo cómo los inventarios se encuentran en máximos ante la desaceleración de la demanda, pero al mismo tiempo los datos de empleo se mantienen fuertes, lo que puede dar cierto soporte al consumo minorista” destaca Esther Marín, directora general de Gestifonsa. Otra variable fundamental en la evolución del PIB va a ser la capacidad de China para impulsar su actividad económica, una vez que se han relajado las políticas de Covid cero lo que además puede favorecer una normalización de las cadenas de suministro que apoye
Bancos centrales y decisiones de política monetaria
Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco de Inglaterra o el BCE, en sus respectivas reuniones de diciembre han anunciado subidas de tipos de menor intensidad respecto a las anteriores, pero confirmado que todavía asistiremos por lo menos a dos subidas adicionales y que los tipos se irán por encima del tipo terminal previamente descontado, cuando previamente el mercado esperaba que con este movimiento de diciembre la escalada en tipos prácticamente llegaba a su fin.
Tensión Geopolítica, conflicto Rusia -Ucrania.
La tensión geopolítica generada por el conflicto entre Rusia y Ucrania que vivimos desde hace meses se prolonga en el tiempo y no se atisba su fin. Entre otras graves consecuencias, esta guerra tiene una incidencia directa sobre el aumento de los precios energéticos, especialmente del gas, y de muchas materias primas, provocando un significativo shock de oferta negativo, que aumenta la inflación y reduce el crecimiento del PIB lo que incide directamente sobre las decisiones de inversión de hogares y empresas.
Capacidad de las empresas para mantener su crecimiento en beneficios
Durante 2022 partíamos de una situación privilegiada con los márgenes empresariales en máximos, a lo que se añade que las empresas han sido capaces de trasladar los incrementos en precios de producción a los precios finales manteniendo así sus márgenes, movimiento que parece más complicado en 2023. Para Esther Marín “este escenario nos lleva a apostar por empresas de calidad, con una baja volatilidad en beneficios, menor endeudamiento y una mayor capacidad para defender sus márgenes”.
Seguimiento de los flujos de fondos e importancia de la liquidez en el binomio rentabilidad-riesgo
Unos tipos de interés normalizados pueden provocar importantes flujos de fondos a favor de los activos de renta fija y depósitos, así como flujos en favor de los activos más líquidos provenientes de activos alternativos como Criptos o Private Equity.