FDSBB

Ricardo Zion

Profesor de Finanzas de EAE Business School.

A finales de abril, las previsiones que publicó el gobierno situaban el crecimiento de la economía española en el 2% en 2024 y del 1,9% el 2025. Recientemente, el FMI, la OCDE y la Comisión Europea han revisado al alza sus previsiones para el PIB de España, incluso superando las estimaciones del Gobierno. De las actualizaciones realizadas por las tres instituciones desde mayo, destaca la del FMI, que ha elevado 0,5 puntos su proyección de avance del PIB en 2024, del 1,9% al 2,4%, y que dejó la de 2025 en el 2,1%. Normalmente es al revés, que las estimaciones gubernamentales superan la de los organismos internacionales.

El FMI explica que las bases de esta mejora la ven principalmente en el aumento del consumo interno y en un mayor volumen en las inversiones de las empresas.

A pesar de la mejora en las previsiones, el organismo internacional vuelve a tirar de las orejas al gobierno en materia de pensiones y de vivienda. Insiste en que hace falta un plan fiscal a medio plazo compatible con el crecimiento para aumentar los colchones fiscales y reducir la desmesurada deuda. Y también recuerda que la tasa de desempleo permanece como la mayor de la zona euro, sin mencionar que España es campeona del mundo en paro juvenil. También han afirmado que si los impuestos extraordinarios a la banca y las energéticas se convierten en permanentes deben estar bien diseñados para garantizar que estén diseñados apropiadamente para minimizar posibles distorsiones.

Los factores clave para este crecimiento son varios.

El primer lugar, la recuperación del Consumo Interno, gracias en parte a la disminución del desempleo y la creación de nuevos puestos de trabajo, que han aumentado la confianza del consumidor y su capacidad de gasto. Asimismo, ha habido un incremento generalizado de los salarios, para compensar la elevada inflación vivida en los últimos dos años, que han contribuido a un mayor poder adquisitivo.

Otro factor clave es la fortaleza del sector turístico. Este sector se espera que en 2024 vuelva a batir récords, con niveles de un 12% por encima de los récords prepandemia. El sector turístico va a alcanzar este año un 15,2% del PIB. Podemos esperar incluso una mejora de estas estimaciones, debido a los conflictos geopolíticos que estamos viviendo lo cual hace descartar al turista otros destinos que compiten con España. Todo ello a pesar de las voces que claman por un cambio de modelo.

Otro factor que empujará la economía española es sin duda la inversión. La mejora de las condiciones, con tipo de interés a la baja y el comienzo en los desembolsos de los fondos Next Generation , fomentarán una mayor inversión. También para el capital extranjero España sigue siendo un país atractivo debido a su ubicación estratégica, infraestructura desarrollada y una fuerza laboral cualificada.

Estos factores combinados han permitido que la economía española no solo se recupere, sino que también supere las expectativas internacionales de crecimiento. Pero los brotes no terminan de verse de color verde, ya que en el horizonte sigue habiendo nubarrones grises. Problemas estructurales como el sistema de pensiones, la dificultad para el acceso a la vivienda, una elevadísima tasa de paro, sobre todo el juvenil, y una deuda pública disparada, necesitan de medidas urgentes.