Francisco Puértolas

Director del Máster de Dirección Financiera de EAE Business School

La política arancelaria de la administración estadounidense busca ir más allá del objetivo tradicional de corregir desequilibrios comerciales. No solo pretende nivelar una relación de intercambio desigual entre economías, sino también contrarrestar la percepción de que el resto del mundo—no solo un país en particular—se beneficia en exceso del libre comercio impulsado por Estados Unidos. Además, esta estrategia persigue objetivos políticos y estratégicos, como reducir la inmigración ilegal y el tráfico de drogas desde México y Canadá, así como fortalecer sectores industriales clave en la defensa, como el acero y el aluminio.

Desde una perspectiva fiscal, los aranceles permiten redistribuir parte del excedente de los productores extranjeros hacia los productores y consumidores estadounidenses. La recaudación obtenida puede destinarse a reducir impuestos, lo que beneficia a los ciudadanos.

Impacto en Europa

Los sectores europeos más expuestos a los aranceles incluyen el automovilístico, la metalurgia, la industria farmacéutica y la agricultura. Sin embargo, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea no presentan un desequilibrio tan evidente. Según datos de la UE, el comercio bilateral en 2023 registró un superávit en bienes a favor de Europa, mientras que Estados Unidos mantuvo un superávit en servicios. El saldo neto favorece a la UE en 48.000 millones de euros, apenas un 3% del volumen comercial total entre ambas economías, que asciende a 1,6 billones de euros.

Un ejemplo relevante es el sector automovilístico: Estados Unidos aplica un arancel del 2,5% a los vehículos europeos, mientras que Europa grava los coches estadounidenses con un 10%. Además, considerar el IVA como un arancel resulta erróneo, ya que este impuesto se aplica tanto a productores locales como extranjeros. De hecho, Estados Unidos grava el consumo de manera significativamente más baja en comparación con otros países: en 2022, solo el 8% de su recaudación fiscal provino del consumo, frente al 21,4% del promedio de la OCDE.

El dilema de la especialización y los aranceles

En teoría, la reducción de aranceles—como ocurre en una unión aduanera—fomenta la especialización de cada economía en sus sectores más competitivos, lo que incrementa la eficiencia y beneficia tanto a productores como a consumidores. Sin embargo, una especialización excesiva puede generar dependencia de ciertos sectores, provocando un crecimiento sesgado que, en su peor versión, puede conducir a una asignación de bienes para los consumidores no tan eficiente como la que disfrutaban anteriormente.

Un reajuste de los aranceles entre EE.UU. y la UE contribuiría a estabilizar las cadenas de suministro y servicios entre ambos bloques económicos. La pandemia de la COVID-19 expuso las vulnerabilidades de estas cadenas y la necesidad de un comercio más equilibrado.

Consecuencias económicas de aranceles elevados

Si los aranceles alcanzan el 25%, dejan de ser una herramienta técnica de ajuste y se convierten en un factor de distorsión económica. Un aumento de esta magnitud podría desencadenar una serie de efectos adversos:

  • En Estados Unidos: Incremento de precios, similar a lo ocurrido en el primer mandato de Trump.
  • En Europa: Menor crecimiento del PIB. Estimaciones de Nomura indican que por cada 10% de arancel, el PIB de la UE podría reducirse entre un 0,2% y un 0,3%, mientras que el impacto en el Reino Unido sería ligeramente menor (0,1%-0,2%).
  • A mediano plazo: Estos efectos se propagarían, impulsando la inflación en Europa y desacelerando el crecimiento económico en Estados Unidos.

¿Quiénes pueden salir beneficiados?

A corto plazo, algunos sectores podrían verse favorecidos:

  1. Empresas con menor internacionalización: Se benefician de una menor competencia extranjera, aunque también enfrentan mayor presión competitiva dentro de sus propios mercados.
  2. Negocios que capitalizan el retroceso de la globalización: Algunas empresas españolas pueden encontrar oportunidades en este contexto, especialmente con el respaldo de los fondos Next Generation.
  3. El sector de Defensa: La estrategia estadounidense de reforzar el bloque occidental en términos militares impulsa la inversión en esta industria.

Impacto en la política monetaria y el tipo de cambio

Los aranceles también influyen en la volatilidad del tipo de cambio dólar-euro. El dólar podría apreciarse si los aranceles logran reducir el déficit por cuenta corriente de EE.UU. No obstante, factores como un encarecimiento de las exportaciones estadounidenses (resultante de la revalorización del dólar) o un aumento de la inflación en EE.UU. podrían generar el efecto contrario y llevar a una depreciación del dólar.

En definitiva, la imposición de aranceles elevados entre Estados Unidos y la Unión Europea no solo impacta el comercio bilateral, sino que también genera repercusiones macroeconómicas profundas, afectando el crecimiento, la inflación y la estabilidad financiera de ambos bloques.