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Javier Rivas

Profesor en EAE Business School

En general se ha producido un incremento en las expectativas positivas de la economía española para 2024, si nos referimos a Banco Central Europeo la mejora de 3 décimas en el PIB va muy en la línea de la anunciada por Fitch o por Banco de España en las últimas semanas.

Dentro del dato, hay una parte positiva y una parte negativa, el lado más brillante es el crecimiento en sí, sustentado por el consumo público, y una buena marcha de las exportaciones, además los organismos que han publicado sus previsiones ponderan sobremanera la posibilidad de un año turístico que se prevé bueno.

Dicho todo esto, hay ciertos nubarrones que persisten en el desglose, veámoslos con un cierto detenimiento:

  • El consumo privado muestra signos de ralentización, sin duda la subida de tipos afecta tanto al crédito al consumo, como también a los hipotecados en renta variable detrayéndoles capacidad de consumir, para España este factor es muy relevante porque la fortaleza del consumo privado es una característica tradicional de nuestra economía, es preocupante, sobre todo porque no parece que las bajadas de tipos lleguen mucho antes del verano y su extensión a lo largo del tiempo podría ser mucho mas larga que como fue el proceso de subida, prolongando esta situación del consumo.
  • La inversión, tanto extranjera, como nacional, muestra una evolución muy negativa, la patronal apuntaba a una caída del 25% en 2023, y no parece que los datos vayan a ser mucho mejores en este año, la falta de presupuestos es un lastre que paralizará inversión pública, pagos a empresas…. Y sobre todo decisiones fiscales que son importantes para dar un marco jurídico estable, algo que ahora mismo no se da. Tampoco parece que el gobierno tenga una capacidad excesiva de aprobar normas que puedan ser necesarias en un contexto de menor crecimiento dada la composición del parlamento español
  • La gran incógnita es ¿hasta cuando podrá sostenerse el crecimiento basado fundamentalmente en el consumo público?, sobre todo en una situación en la que la administración pública puede experimentar un cierto parón debido a la situación política.
  • La otra es si con un entorno no muy brillante en nuestros principales socios comerciales el impulso exportador puede mantenerse con esta pujanza.

En resumen, las previsiones mejoran y eso es una noticia muy positiva dado que economías como la alemana se han ralentizado mucho sin grandes perspectivas de recuperación a corto. Es cierto que esa mejora se circunscribe tan solo al actual ejercicio sin mejora de las previsiones de los siguientes, pero, sin duda, es una mejora frente al anterior escenario.

A todo ello hay que añadir que van a producirse reducciones en los tipos de interés si se cumple la expectativa de que la inflación llegue al objetivo de 2% en un plazo relativamente corto, lo que dará margen para el Banco Central a bajar los tipos entre 100 y 150 puntos básicos en 2024 y tal vez un importe similar en 2025, lo que, sin duda, impulsará algo más el crecimiento a medio plazo.