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Julio Bruno es uno de los directivos más visionarios y reconocidos del panorama mediático a nivel mundial. Desde el año 2015 hasta octubre de 2021 fue Consejero Delegado global en Time Out Group, compañía líder internacional en el campo de los medios de comunicación y el ocio. Julio Bruno tiene a sus espaldas una exitosa carrera ejecutiva internacional, que abarca varios países y empresas en sectores como el turismo, tecnología, comercio electrónico y los medios de comunicación.

Además de CEO de Time Out, ha sido vicepresidente Global de Ventas de TripAdvisor, vicepresidente de Travelport para Canadá, América Latina y el Caribe y Director General de Cendant Corporation y Travelport para Europa Continental y América del Sur. Antes de esto, Bruno ocupó altos cargos internacionales en Regus, Energizer y Diageo.

Han pasado ya dos años desde el Brexit ¿Cómo ha visto la evolución de los negocios y de las empresas que han tenido que adaptarse a esta nueva realidad empresarial?

Estos dos años han sido bastante confusos ya que la realidad del Covid-19 nos ha distraído de la situación generada tras el Brexit. En otras palabras, hemos estado mucho más atentos a todo lo relacionado con la pandemia que con el Brexit, culpando a la pandemia de casi todo.

2021 ha sido el primer año completo en el que el Reino Unido ha estado totalmente fuera de la Unión Europea, y las historias sobre la escasez de mano de obra han copado muchas de las noticias de economía, que lógicamente el Covid ha empeorado. Los ciudadanos de la UE ya no tienen la posibilidad de trabajar libremente en el Reino Unido y ni siquiera tienen trato preferencial para emigrar. A esto hay que añadir la estimación de que al menos un millón de trabajadores europeos ha dejado el Reino Unido y no ha vuelto. Esta situación ha afectado a muchas áreas de la economía, pero en particular a la industria de servicios, hoteles, restaurantes y transporte, entre otras que no encuentran trabajadores. Si a esto sumamos que muchos negocios han cerrado por culpa de la pandemia, no sabemos realmente cómo será de grave el problema hasta que no vuelva la normalidad, pero se espera mucha más falta de mano de obra si cabe. Ha sido la tormenta perfecta para el sector.

Las últimas cifras del gobierno estiman que hay unos 188.000 puestos de trabajo sin cubrir tan solo en el sector de restauración y hoteles. En el sector agrario, el 99% de los trabajadores recogiendo fruta eran del este de Europa; ahora, la mayor parte se ha ido y, como consecuencia, mucha producción se ha quedado en el campo sin recoger. El Gobierno británico tuvo que lanzar un proyecto para autorizar visas temporales para un total de 30.000 puestos de trabajo temporal, mientras intentan convencer a la población británica del “Pick for Britain” o recoger por Gran Bretaña, apelando al sentimiento patrio. No obstante, mi opinión es que será imposible que los británicos se pongan a recoger fruta o flores en el campo.

Por su parte, el sector cárnico está sufriendo el mismo gran problema de falta de obra cualificada. En este caso, el Gobierno también tuvo que ofrecer visados temporales para matarifes, que igualmente se han quedado sin cubrir por falta de personas demandantes de este empleo.

En el sector transportes se estima que faltan unos 100.000 conductores, lo que supone un problema global. El gobierno ofreció visados temporales a 5.000 conductores, pero también se han quedado sin cubrir, por lo que son claramente insuficientes. De todas formas, ¿por qué razón un conductor va a ir a trabajar a Gran Bretaña con un visado solo de tres meses y va a dejar un trabajo fijo en otra parte de Europa? Está claro que el remedio no funciona. De momento, la industria está bastante paralizada, algo que es visible en los supermercados de todo el país, con escasez de productos y menos variedad que antes.

En el Reino Unido el paro está en torno a un 4%, lo mismo que antes de la pandemia, por lo que la escasez de trabajadores y la gran demanda de empleo están creando una inflación galopante de más del 5,4% de momento, sumado a todos los problemas estructurales ya citados.

Una vez que la pandemia ya casi esté superada, y los turistas y nacionales vuelvan a viajar y a consumir, veremos realmente el agujero de empleo y abastecimiento que tenemos en el Reino Unido principalmente por culpa del Brexit. Yo espero que tengan lugar cambios de política de empleo con respecto a la UE más pronto que tarde.

A nivel internacional, ¿cómo han cambiado las relaciones internacionales entre las empresas españoles y las británicas debido al Brexit?

El Reino Unido es un país importador, una potencia económica importante en Europa y en el mundo y un importante socio comercial de España, desde el turismo a la industria agrícola etc., por lo que no tengo duda de que saldrá adelante con unos grandes acuerdos con Europa y con el mundo. 

En el caso de nuestro país, donde cerca del 12% de toda nuestra exportación agroalimentaria va a Reino Unido, el impacto es importante, pero ellos saben que no tienen en estos momentos la capacidad de autoabastecerse y necesitan mantener unas excelentes relaciones. Aún así, los nuevos aranceles, que han encarecido el precio de todas las importaciones, además de retrasar la distribución de los productos por aduanas, y la crisis de conductores no están ayudando a normalizar estas relaciones mercantiles que son mucho más complicadas que antes.  Yo creo que en un futuro no muy lejano estas relaciones comerciales mejorarán. Nos necesitamos ambos países. 

¿Qué problemas se han derivado del Brexit en el mundo de los negocios?

Son muchos los problemas que han ido apareciendo en estos dos últimos años: desde los iniciales en las cadenas de suministro, hasta la dificultad de encontrar mercados en los que le sea fácil comerciar ahora que se ha separado de Europa. 

Los medios económicos británicos resaltan una caída de entre el 20 y el 40% del comercio tangible (en mercancías) desde que el Exit Deal entró en vigor.

Ahora es mucho más difícil exportar del Reino Unido a la Unión Europea debido a los requisitos administrativos adicionales, como el etiquetado, las normas sanitarias y las reglas de origen, llegando a la curiosa situación de que exportadores británicos, que dependen casi en exclusiva del mercado europeo, han establecido agencias de importación en el continente para realizar una labor que otras empresas europeas se niegan por la dificultad de importar mercancía producida en el Reino Unido. A esto hay que añadir el encarecimiento de los productos por nuevos aranceles y la dificultad de la distribución hacia el país y dentro del país.

Uno de los problemas más destacados precisamente ha sido el que ha provocado el sector del transporte y logística ¿Cree que hay alguna solución a corto plazo? ¿Qué estrategias están desarrollando las grandes y medianas empresas a este respecto?

Estamos ante una nueva realidad, donde miles de transportistas tienen que realizar colas de varias horas en el puerto de Dover todos los días. Y esto solo es el principio, las empresas logísticas ya nos advierten que hay otros obstáculos en el horizonte. El primero, los controles físicos a las importaciones de productos de origen animal y vegetal de la UE, a partir del próximo mes de julio, si no lo vuelve a posponer el Gobierno de Reino Unido como en ocasiones anteriores.
Tal y como mencioné antes, se estima la necesidad de 100.000 conductores, pero el Gobierno solo ha ofrecido unos pocos visados temporales que se han quedado sin cubrir.

Para muchos conductores, las empresas logísticas y los agentes de aduana, las colas y las complicaciones son una nueva realidad, fricciones adicionales que serán una característica constante del comercio post Brexit; y que no parece que vayan a poder mejorar mientras el Gobierno no avance en nuevos acuerdos con sus países vecinos.

Los medios económicos británicos resaltan una caída de entre el 20 y el 40% del comercio tangible (en mercancías) desde que el Exit Deal entró en vigor

Usted tiene mucha experiencia que proviene precisamente de un sector tan fundamental como es el turismo ¿Cómo se ha visto afectado el turismo al tejido empresarial de Reino Unido? ¿Hasta qué punto la pandemia influye en esta situación?

Si ponemos solo el ejemplo de España, en 2019, los turistas británicos fueron 18 millones y, en poco menos de un año, la cifra ha caído dramáticamente llegando a solo tres millones de turistas. Este impacto ha sido terrible para un sector importante de la economía británica que tiene en el turismo importantes beneficios, ahora prácticamente desaparecidos. Lógicamente este impacto ha sido mayoritariamente por culpa de la pandemia, y desconocemos aún cómo se comportará el sector una vez se supere esta y se eliminen las restricciones, aunque entiendo que la oferta turística de España seguirá siendo de referencia en el Reino Unido.   

Esta caída provocará un fuerte descenso en el PIB, un aumento del paro y una mayor desconfianza en el consumidor, pero se ha visto en la reciente feria de FITUR en Madrid, que se mantienen intactas las ganas de viajar, e incluso se desea alargar la duración de las estancias en España.

La tormenta perfecta ha sido el Brexit y la pandemia, pero creo que el ritmo del turismo en 2022 dependerá exclusivamente de la evolución sanitaria y los controles que se impongan o no al turismo. En Reino Unido ya se han quitado casi todas las restricciones derivadas de la pandemia en una clara apuesta por el retorno a la normalidad.

Para terminar, ¿usted considera la posible reunificación con Europa en el futuro? ¿Qué papel cree que tendrán los agentes empresariales para influir en esta decisión?

El Gobierno británico estima que en 15 años perderán un mínimo el 5% del PIB tras la salida de la Unión Europea, y, a mí, me viene a la cabeza Quevedo: “Poderoso caballero es don Dinero.” 

He comentado en varias ocasiones en medios españoles y británicos que yo intuyo que estamos en un lado del péndulo que propició el inesperado Brexit y que este péndulo irá hacia el otro lado y saldrán movimientos de reunificación con Europa en un futuro: “It’s the economy, stupid” decía Bill Clinton en su campana electoral de 1992.  Y, lo que era verdad entonces, sigue siéndolo ahora. El problema es que el Brexit también ha traído muchas divisiones internas en el país y puede ser que tengamos un Reino “Desunido” de vuelta en Europa, con Escocia separándose, Irlanda del Norte reunificándose con Irlanda y, finalmente, Inglaterra y Gales también pidiendo la vuelta a la Unión Europea por su cuenta. Es una posibilidad, pero sí veo que este país, o países, querrá volver en los próximos 20 años en un llamemos BREXIN. Dependerá mucho de cómo la Unión Europea evolucione y de las soluciones a los problemas de política externa, integración y regulación que tanto se ha criticado internacionalmente, no solo por el Reino Unido.

Como ciudadano europeo, global, y del Reino Unido, mi corazón está un poco dividido. Yo siempre me he sentido parte de este país, donde he vivido tantos años y donde he crecido como persona y como profesional. Es una pena ahora sentirme extranjero en “mí” país, a pesar de que estoy muy agradecido por su acogida desde 1993.

Dependerá mucho de los nuevos políticos, aquellos llamados a sustituir a Boris Johnson, que tengan una visión de su país menos populista y alineada a un sentimiento más global y potencialmente europeísta. En un mundo con China y Rusia por un lado y EEUU por el otro, Europa necesita ser más fuerte que nunca y el Reino Unido es una pieza crucial en este marco geopolítico mundial. Una Europa con el Reino Unido, en mi opinión, siempre será más fuerte y exitosa. Yo voto por el BREXIN.