El Banco de España eleva la previsión de crecimiento del PIB al 2,3% para 2024

Actualidad | Destacado | 11 de junio de 2024

El Banco de España ha elevado cuatro décimas su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español para este año, desde el 1,9% al 2,3%, mientras que ha mantenido sus estimaciones para 2025 y 2026, en el 1,9% y el 1,7%, respectivamente.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, explicó durante la presentación del nuevo informe trimestral de proyecciones macroeconómicas elaborado por el organismo, que la demanda interna será el principal soporte de la actividad económica a largo plazo, especialmente el componente del consumo privado.

De acuerdo con las estimaciones del Banco de España, la actividad económica en el segundo trimestre del año seguirá mostrando un ritmo de expansión apreciable, con un crecimiento del PIB que podría situarse en torno al 0,5% intertrimestral, algo inferior al 0,7% del primer trimestre. Esta tasa sería compatible con un crecimiento interanual del 2,4% en el segundo trimestre, igual al observado en el primero.

De cara a los próximos trimestres, el organismo prevé que las tasas de avance del PIB converjan paulatinamente hacia aquellas acordes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española, que se situaría alrededor del 1,6% interanual al final del horizonte de proyección.

Entre los factores que actuarán como soporte del dinamismo del PIB durante los próximos trimestres, destacan la moderación gradual del impacto negativo del endurecimiento acumulado en las condiciones de financiación, la reactivación paulatina de la economía europea y global, el crecimiento poblacional previsto, el avance de las rentas reales en un contexto de desaceleración de la inflación y el mayor despliegue de los fondos NGEU.

Como resultado de estos desarrollos, a finales de 2026 el PIB de la economía española se situará un 8,9% por encima del registrado antes del comienzo de la pandemia de Covid-19, aunque este incremento será menor (del 4,8%) en términos per cápita.

La demanda interna será el principal soporte de la actividad y el consumo de los hogares, que será el componente con una mayor aportación positiva al crecimiento del PIB, mostrará un dinamismo creciente en los próximos trimestres. No obstante, el consumo per cápita no recuperará los niveles previos a la pandemia hasta 2025.

Por su parte, la formación bruta de capital fijo, que aún se encuentra 2,2 puntos por debajo de sus registros prepandemia, también aumentará a lo largo del horizonte de proyección. Sin embargo, se advierte que a finales de 2026 la inversión será el componente de la demanda con menor crecimiento acumulado desde 2019, lo que podría lastrar el dinamismo de la productividad y la capacidad de crecimiento potencial de la economía española a largo plazo.

LA TASA DE PARO SEGUIRÁ POR ENCIMA DEL 11% EN 2026

Respecto al mercado laboral, el Banco de España espera que la creación de empleo se prolongue en los próximos años, aunque a un ritmo menor que en los últimos trimestres, lo que permitirá una cierta recuperación de la productividad.

La tasa de paro de la economía española se mantendrá por encima del 11% en 2026, aunque seguirá una senda descendente, pasando del 11,6% en 2024 al 11,3% en 2025 y al 11,2% en 2026.

El organismo ha revisado a la baja sus estimaciones para el crecimiento del empleo en 2024 desde el 1,8% al 1,1%, aunque las eleva en 2025 del 1,1% al 1,7% y las sitúa en el 1,2% en 2026, por encima del 0,9% del pasado informe.

PEORES PERSPECTIVAS PARA LOS PRECIOS ESTE AÑO

En cuanto a las previsiones para la inflación general, el Banco de España estima que el IPC se situará en el 3% en 2024, tres décimas más respecto a la pasada previsión; en el 2% en 2025, una décima más, y en el 1,8% en 2026, otra décima más.

El organismo apunta que, de cara a los próximos trimestres, la senda de moderación de la inflación de los alimentos y de la inflación subyacente se prolongará. La inflación de los alimentos disminuirá desde un promedio anual del 11,1% en 2023 hasta el 4,5% en 2024 y hasta tasas en torno al 2,5% en 2025 y 2026.

LA RETIRADA DEL IVA A ALIMENTOS PRESIONARÁ AL ALZA LOS PRECIOS

Esta evolución es coherente con las cotizaciones observadas en los mercados de futuros para diversas materias primas alimenticias y con la desaceleración mostrada en los últimos meses en los precios de los alimentos en las etapas iniciales del proceso productivo. Sin embargo, la ralentización de los precios de consumo de los alimentos mostrará algunos altibajos en los próximos meses.

Por ejemplo, la reversión de la rebaja del IVA de los alimentos a partir de julio de 2024, si el Gobierno no prorroga esta medida, ejercerá una cierta presión al alza sobre estos precios en la segunda mitad del año, según ha advertido el organismo.

Por otra parte, la inflación subyacente descenderá desde un promedio anual del 4,1% en 2023 hasta el 2,6% en 2024 y hasta tasas cercanas al 2% en 2025 y 2026.

MEJORA LAS PERSPECTIVAS PARA EL DÉFICIT, PERO NO LLEGA AL 3% DEL PIB

En sus nuevas proyecciones, el Banco de España mejora sus estimaciones sobre el déficit para 2024 y lo sitúa en el 3,3% del PIB, dos décimas menos respecto a la anterior proyección, aunque tres décimas por encima de las proyecciones del Gobierno (3%).

Para 2025 y 2026, el organismo recorta en cuatro décimas la proyección de déficit para 2025, al 3,1%, y lo sitúa en el 3,2% en 2026, lo que dejaría a España en situación de incumplimiento frente a las reglas fiscales marcadas por Bruselas, que exige bajarlo del 3%.

En cuanto a las previsiones de deuda sobre el PIB, las estimaciones del Banco de España apuntan hacia una senda ascendente entre 2024 y 2026, pese a la moderación observada en los últimos años desde el pico provocado por la pandemia.

En concreto, para 2024 las proyecciones son del 105,8%, mejores respecto al 106,5% anterior; del 106,2% en 2025 (inferior al 107,2% de la anterior previsión) y del 107,2% en 2026 (por debajo del 108,4% de la pasada estimación).

En todo caso, el Banco de España advierte que estas proyecciones están sujetas a una elevada incertidumbre. En el ámbito externo, las tensiones geopolíticas suponen, en caso de una escalada, un considerable riesgo a la baja sobre la actividad y al alza sobre los precios. Asimismo, no pueden descartarse episodios de turbulencias financieras que provoquen una corrección en los precios de los activos financieros y un deterioro de las perspectivas macroeconómicas en el corto y medio plazo.

En el ámbito doméstico, sigue existiendo una elevada incertidumbre en cuanto al ritmo de ejecución de los proyectos asociados al programa NGEU y a la capacidad de ahorro de los hogares. También hay incertidumbre sobre la persistencia del considerable dinamismo que los servicios, especialmente los turísticos, han mantenido en España en los últimos trimestres.

Además, la implementación de un plan de consolidación fiscal probablemente acarrearía un menor grado de dinamismo de la actividad a lo largo del horizonte de proyección contemplado en estas previsiones.