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Óscar Velasco

Socio director y asesor en Transformación Digital en Olivia

Hay dos imperativos que hoy día las empresas de todo el mundo y de todos los sectores necesitan integrar de forma estratégica como ejes centrales de sus negocios: la digitalización y la sostenibilidad. Y no deben plantearse como dos retos paralelos e inconexos, sino que es fundamental buscar la intersección entre ambos y poner todos los esfuerzos en esa simbiosis para poder generar el mayor impacto positivo en la competitividad. Esto es lo que se conoce como “transformación gemela”: digital y sostenible.

La transformación digital ya no es una simple herramienta para optimizar procesos, mejorar la eficiencia y reducir costes, sino que requiere un cambio cultural profundo, que tiene su base en una visión integral de los procesos de producción y optimización de la mano de la tecnología.

Por su parte, la sostenibilidad consiste en integrar los aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno, en satisfacer las necesidades desde la protección y el aprovechamiento racional de los recursos naturales, en beneficio de un crecimiento económico equitativo que garantice el futuro del planeta. Apostar por la sostenibilidad como objetivo estratégico requiere de un esfuerzo, pero a cambio ofrece a las empresas grandes beneficios: las hace más rentables, les permite captar mejores oportunidades de inversión y es un plus de motivación para que sus grupos de interés actúen como impulsores del cambio.

Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), las organizaciones que implantaron estrategias de impacto ambiental positivo en los últimos años crecieron cerca del 15% anual, ahorrando casi 3.700 millones de dólares. Paralelamente, esta institución estima que el 70% del valor económico que se cree durante la próxima década estará basado en modelos comerciales de plataformas digitales.

Cómo funciona la twin transition

Esta doble transición funciona de manera cíclica, conectando los nodos de la tecnología y la sostenibilidad. En su conjunto, funcionarán como aceleradores de competitividad. Por ello, las compañías que logren acometer con éxito esta transformación gemela tendrán, sin duda, una posición privilegiada para conseguir un mejor desempeño en el futuro.

La tecnología y los datos son aliados estratégicos para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. La transformación digital permite una gestión más eficiente de los recursos, una reducción de la huella ambiental y una mejora en la calidad de vida de las personas. Y a la inversa, la sostenibilidad debe marcar el camino de la transformación digital. Por ejemplo, se calcula que en 2040 el almacenamiento de datos digitales sea responsable del 14% de las emisiones globales, y a su vez, las soluciones digitales pueden reducir las emisiones globales hasta en un 20%.

Inspirarnos e impulsar la doble transformación puede garantizar soluciones realmente útiles que nos lleven a un futuro más justo a nivel global para conseguir de forma directa una mayor rentabilidad de las empresas. Su potencial puede mejorar significativamente los procesos en distintos sectores de la economía.

Por ejemplo, en la construcción permite recopilar y analizar información para optimizar el uso de energía y detectar cambios climáticos. En la agricultura, puede anticipar las necesidades de los cultivos y controlar plagas con drones, y hace posible una gestión más eficiente de los recursos hídricos y la adopción de técnicas de cultivo más sostenibles. En la industria manufacturera, es posible mejorar la cadena de producción y prevenir errores con la ayuda de la medición de probabilidades y la visión artificial.

En el sector de la energía puede traducirse en la integración de energías renovables, la optimización de la gestión de la demanda y la mejora de la eficiencia energética; y en la movilidad, en el fomento del transporte público y la creación de sistemas de transporte más eficientes y menos contaminantes.

Cómo impulsar la doble transformación

Y sin embargo, a pesar de que las organizaciones tienen claros todos estos beneficios, no se impulsan en la práctica estas transformaciones gemelas con la intensidad que se debería. Esto, según el WEF, se debe principalmente a la falta de un enfoque consistente y de colaboración entre los equipos internos, a la inercia causada por complejidades percibidas y reales, o a la existencia de prioridades estratégicas en conflicto, entre otros aspectos.

No obstante, para llevar adelante una estrategia de doble transformación no es necesario ser una gran empresa ni entrar en terrenos demasiado complejos o inalcanzables, sino que también puede ser parte de la estrategia de pymes y emprendedores. No se consigue de un día para otro, es necesario apoyarse con fuerza en la innovación, en el diseño de soluciones centradas en las personas en el planeta, y hay que identificar aceleradores de transición.

El WEF recomienda tres fases a seguir para lograr una transición gemela exitosa:

  1. Establecer la ambición. Definir qué se quiere lograr y por qué, identificar los puntos críticos, o áreas de alto impacto, y el alcance del cambio, para establecer los ejes que guíen el camino.
  2. Entender y seleccionar las oportunidades para el negocio. Es el momento de pensar en la hoja de ruta, y para ello hay que evaluar el impacto de la sostenibilidad de los activos digitales, incluidos los gastos operativos, e identificar los agentes clave dentro y fuera de la organización que puedan apoyar la aceleración de los objetivos.
  3. Preparar la ejecución. Implica validar esa hoja de ruta, alinear las prioridades y dar forma al mensaje y pasos a ejecutar para asegurar una implantación efectiva.

Contar con una consultora externa especializada en gestión del cambio y en transformaciones gemelas es también una forma de acelerar el proceso.

Es incuestionable que acometer los retos de la digitalización y la sostenibilidad de forma integrada facilitará a las organizaciones la optimización de sus recursos, la apertura de nuevos mercados, el incremento de las utilidades y el bienestar de una  sociedad circular  y socialmente justa.